Italia. La mafia de Puglia redobla las amenazas de muerte a la periodista de investigación Marilú Mastrogiovanni
Reporteros sin Fronteras (RSF) hace un llamamiento a las autoridades de la región de Puglia, en el sur de Italia, para que condenen públicamente las últimas amenazas de muerte que ha recibido la periodista de investigación Marilú Mastrogiovanni, residente en la región y que lleva años con protección policial. La organización les pide también que hagan todo lo necesario para garantizar su seguridad.
Marilú Mastrogiovanni dirige Il Tacco d'Italia, un diario digital de ámbito regional que ella misma fundó en 2003. Se ha especializado en la cobertura de la "Sacra Corona Unita", la principal red de delincuencia organizada de corte mafioso en Puglia y, en los últimos años, ha mostrado un especial interés por la gestión de residuos en la región. Gracias a la complicidad de ciertos representantes del gobierno local, dicha actividad se ha convertido en una importante fuente de beneficios para ese grupo mafioso.
Llamada a menudo la "cuarta mafia" de Italia, -después de la Costa Nostra de Sicilia, la 'Ndrangheta de Calabria y la Camorra de Nápoles-, la Sacra Corona Unita de Puglia es tan poderosa y peligrosa como las otras tres.
Por causa de las amenazas directas y explícitas que ha recibido en el pasado tanto de la Sacra Corona Unita como de los funcionarios locales en Apulia, Mastrogiovanni es uno de los diez periodistas italianos que actualmente reciben protección policial a tiempo completo.
No obstante, considera que esta protección es inadecuada, dado el peligro que representa este grupo del crimen organizado. "Salí de mi casa en Casarano para proteger a mi esposo y a mis hijos, porque no podía protegerme lo suficiente de un posible ataque", ha explicado la periodista a Reporteros sin Fronteras. "No hay suficientes policías para combatir a la mafia y defender a los periodistas que cubren este tema".
Las amenazas aumentaron después de que publicase un reportaje de investigación sobre la presunta infiltración del crimen organizado en el sector turístico en la región de Salento, en el sur de Puglia, que es famosa por sus balnearios y pueblos de montaña. A finales de junio se derramaron bolsas de basura frente a su casa como advertencia. Dos semanas más tarde, el 7 de julio, encontró alrededor unos 4.000 correos electrónicos que contenían amenazas de muerte en la bandeja de entrada del servidor de correo de su diario digital.
"A pesar de este aumento de las amenazas, Marilú Mastrogiovanni se niega rotundamente a callarse y está decidida a continuar con sus reportajes de investigación", señala Pauline Adès-Mével, responsable del departamento para la Unión Europea y los Balcanes de Reporteros sin Fronteras. "Es vital que las autoridades locales condenen firme y públicamente estas amenazas y que aprovechen esta oportunidad para demostrar su apoyo de forma concreta".
Informar sobre las redes mafiosas o las bandas criminales expone a los reporteros a un peligro de muerte en Italia, que ocupa el puesto 46, entre 180 países, en la Clasificación Mundial de la libertad de prensa 2018 de Reporteros sin Fronteras. Además de los diez periodistas italianos que actualmente reciben protección policial las veinticuatro horas del día, otros 200 recibieron protección ocasional durante 2017.