Reporteros sin Fronteras está indignada por la condena por difamación, a un año de trabajos forzados, de German Galkine, director de publicación del semanario Rabochaïa Gazeta. La organización pide su inmediata liberación y la revisión de las leyes, a fin de que desaparezcan definitivamente las penas de cárcel por difamación, y los periodistas puedan ejercer su trabajo sin temor a terminar entre rejas.
Reporteros sin Fronteras está indignada por la condena, el 15 de agosto de 2003, de German Galkine, director de publicación del semanario Rabochaïa Gazeta, editor jefe adjunto del diario Vecherny Tcheliabinsk y presidente de la antena local del partido de oposición Rusia Liberal, a un año de trabajos forzados, por difamación de algunos responsables de la administración regional de Tcheliabinsk (Urales). El periodista fue detenido cuando se dirigía a Ekaterimburgo. Ha apelado.
"Es la primera vez, desde 1991, que en Rusia se condena a un periodista a una pena de reclusión incondicional, por difamación. Supone un grave precedente judicial, que viola los estándares internacionales en materia de libertad de prensa. Debe anularse inmediatamente esta condena", he declarado Robert Ménard, secretario general de Reporteros sin Fronteras, en un correo dirigido al fiscal general, Vladimir Ustinov. "Le pedimos que haga todo lo que pueda para que German Galkine quede en libertad, lo antes posible. Le pedimos igualmente que haga todo lo necesario para que se enmiende la ley sobre difamación, a fin de desaparezcan definitivamente de las leyes las penas de cárcel por difamación, y los periodistas puedan ejercer su trabajo sin temor a terminar entre rejas".
En la audiencia celebrada a puerta cerrada, el tribunal del distrito de Kalininsky consideró al periodista culpable de difamación e insultos (art. 129-2 y 130 del código penal de la Federación de Rusia) a dos vice-gobernadores de la región, Konstantin Botchkarev y Andrei Kosilov. Este último presentó en junio de 2002 una denuncia, en relación con tres artículos pubicados en Rabochaïa Gazeta, que acusaban al gobernador Piotr Sumine, y a sus colaboradores, de malversaciones financieras ("El verdadero Sumine", publicado el 16 de abril de 2002; "Paciencia gubernamental", publicado el 8 de febrero de 2002, y "Sobre el estado de salud de Sumine", publicado el 12 de febrero de 2002). Conocido por sus artículos críticos con la administración local y la del gobernador de la región, Piotr Sumine, el periodista fue agredido ante su domicilio de Tcheliabinsk, el 14 de junio de 2002.
La organización recuerda que, según el artículo 130 (2 y 3) del código penal de la Federación de Rusia, la ofensa se puede castigar con una pena que puede llegar hasta un año de trabajos forzados; y que, según el artículo 129 (2 y 3) la calumnia puede castigarse con privación de libertad, que puede llegar hasta los tres años.