Turquía: Se intensifica la purga en los medios de comunicación tras el intento de golpe de Estado
Una semana después del intento de golpe de Estado en Turquía, Reporteros Sin Fronteras denuncia el aumento del acoso a los medios críticos.
Citaciones a periodistas, confiscación de tiradas completas, adopción del estado de emergencia… Entre la represión del golpe de Estado abortado el 15 de julio pasado, las medidas adoptadas y el clima reinante en el país amenazan de manera creciente a los medios de comunicación.
“Nadie contesta la legitimidad de las autoridades turcas de preservar el orden constitucional ante este intento de golpe de Estado”, advierte Johann Bihr, responsable de la oficina de Europa del Este y Asia Central de Reporteros Sin Fronteras. “Pero la democracia, a la que centenares de civiles han dado su apoyo, no puede protegerse a costa de las libertades fundamentales. El carácter masivo y arbitrario de estas medidas contra los medios turcos una semana después demuestran una volutad de revancha”, añade Bihr.
Periodistas detenidos, tiradas confiscadas
El 21 de julio el periodista y defensor de los derechos humanos Orhan Kemal Cengiz, fue detenido en el aeropuerto de Estambul junto a su esposa, Sibel Hürtaş, que fue puesta en libertad horas después.
Otros dos periodistas detenidos el 20 de julio en una redada policial en la redacción del periódico Meydan en Estambul, han sido finalmente puestos en libertad. Se trata de Levent Kenez, y su redactora jefe, Gülizar Baki, que han sido acusados de tener una linea editorial “similar a la de un órgano de prensa” de la organización FETÖ, las siglas oficiales para denominar al movimiento “terrorista” de Fethullah Gülen, antiguo aliado del Presidente Erdogan y ahora presentado como responsable del golpe de Estado.
La policía confiscó además la tirada del 20 de julio de ese periódico amparandose en el “avance en la investigación” y la posibilidad de que “suscitara la cólera de la sociedad”. Meydan ha terminado sus actividades, como otros medios reconocidos como la revista Nokta o el canal Can Erzincan.
La tirada del Leman también ha sido confiscada por la policía del Estambul, el 20 de julio, antes de ser distribuida. El periódico había presentado en ese número a Fethullah Gülen en uniforme militar y había pedido una comisión de investigación internacional que identificase a los responsables del intento de golpe de Estado.
Purga en los medios de comunicación
Los medios públicos también están expuestos a la purga: Osman Köse, presidente de Habersen, el sindicato de defensa de profesionales del sector, ha informado a Reporteros Sin Fronteras que al menos seis de sus miembros han sido despedidos en el curso de una investigación abierta para identificar a los amigos y simpatizantes de Gülen. En total, más de 300 empleados de medios públicos serán investigados, en concreto los del canal nacional TRT y la Agencia Anatolia.
La presión se ha acentuado también a las redes sociales, donde cualquier crítica tiende a ser interpretada como un apoyo abierto al intento de golpe de Estado. El 18 de julio, el director de la redacción del periódico progubernamental Güneş, Turgay Güler, se quejaba en twitter de que la página de información T24 siguiera abierta: “T24 continua apoyando el golpe de Estado. ¿Cómo es posible?”, se preguntaba. Numerosos periodistas, turcos y extranjeros, están siendo blanco de mensajes de intimidación que llegan incluso, en algunos casos, a ser amenazas de muerte.
Estado de urgencia
Según la propuesta del Consejo Nacional de Seguridad, el gobienro de Binali Yıldırım ha decretado el estado de urgencia durante tres meses, desde el 20 de julio. Este estado de urgencia se aplica bajo la Ley n°2935 de 1983, cuyo artículo 11 limita la impresión y la distribución de ciertos periódicos, revisas, libros y otras publicaciones, lo que permite la prohibición de informaciones en el territorio bajo el estado de emergencia, así como la entrada de informaciones provenientes del exterior sin la autorización de las autoridades.
La posibilidad de un particular de recurrir al tribunal Constitucional en caso de violación de sus derechos queda suspendida, así como la posibilidad de contestar una medida administrativa. Desde su primera introducción en 1983 y su aplicación en 2002, el estado de urgencia ha permitido a las autoridades confiscar o prohibir la distribución de más de una veintena de periódicas en las regiones del sudeste del país de mayoría kurda; varios periodistas han sido detenidos con total impunidad; y numerosos periodistas extranjeros han sido expulsados.
Turquía ocupa el puesto 151 de los 180 países que conforman la actual Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa elaborada anualmente por Reporteros Sin Fronteras.