Séptimo periodista obligado a huir de su región desde el comienzo del año, otros dos amenazados por presuntos paramilitares
Organización:
Reporteros sin Fronteras se siente anonadada al saber que Otoniel Sánchez, periodista del canal local CNC en Cartago (Sudoeste), se ha visto forzado a marcharse después de que atentaran contra su casa el 19 de octubre de 2006. La organización condena igualmente las repetidas intimidaciones que vienen recibiendo desde hace un mes Vanny Johann Sierra Mójica, del Hoy Diario de Magdalena, y Camilo Munive, de la emisora Radio Galeón, de parte de las “Aguilas Negras”, un grupo de presuntos paramilitares, en la región de Santa Marta (Norte).
“Desgraciadamente, la situación de estos tres periodistas resume la de la prensa local colombiana, que no tiene más opción que autocensurarse para sobrevivir. Manifestamos toda nuestra solidaridad a Otoniel Sánchez, Vanny Johann Sierra Mójica y Camilo Munive, y pedimos a las autoridades que garanticen su protección. Pedimos que en la investigación sobre las amenazas que han obligado a Otoniel Sánchez a marcharse de su región participe también la municipalidad de Cartago. En lo que se refiere a sus dos colegas, esperamos que el grupo llamado “Aguilas Negras” sea rápidamente desmantelado, y castigados sus integrantes. En cualquiera de las hipótesis, la desmovilización de los paramilitares debe ir acompañada de un desarme real”, ha declarado Reporteros sin Fronteras.
Según la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), el 19 de octubre de 2006, a las 2 de la madrugada, unos desconocidos abrieron fuego contra la residencia de Otoniel Sánchez en Cartago. El periodista, que había denunciado la mala gestión de la pista de patinaje municipal, dijo a la FLIP que había recibido repetidas amenazas de muerte por teléfono. En una de ellas le decían: “Estamos cansados de los comentarios que haces”. La víspera del atentado a su casa, el periodista recibió una llamada anónima, en la que le preguntaron si había recibido un paquete enviado a su oficina. Sus colegas, por miedo a que se tratara de un paquete bomba, lo habían devuelto a la empresa distribuidora.
El paquete fue entregado a los artificieros de la policía, quienes encontraron tres balas del mismo calibre (9 milímetros) que las disparadas contra la residencia de Otoniel Sánchez, en la noche del 18 al 19 de octubre. En el paquete, había un mensaje que decía: “Vosotros, los periodistas, creéis que las balas no os alcanzarán, pero os equivocáis completamente. ¿O habéis olvidado lo que le sucedió a ese perro de Polanco, del mismo canal?”. La amenaza se refería a Oscar Polanco, director de información de CNC, asesinado en Cartago el 4 de febrero de 2004. El pasado 3 de octubre, y también en Cartago, un periodista de la radio Canela Estéreo recibió un paquete bomba, que afortunadamente no explotó.
Otoniel Sánchez, el séptimo periodista obligado a marcharse de su región desde el comienzo del año 2006, se fue de Cartago en una fecha y hacia un lugar que se mantienen en secreto.
Vanny Johann Sierra Mójica y Camilo Munive, corresponsales de sus medios de comunicación en Ciénaga, a 30 kilómetros de Santa Marta, recibieron cuatro correos a domicilio y diez llamadas de teléfono respectivamente, ordenándoles callarse y dejar la ciudad. Los dos periodistas han manifestado a Reporteros sin Fronteras que están siendo acosados desde que, hace cerca de un mes, hicieron un balance del aumento del índice de homicidios en Ciénaga. Las amenazas llevan la firma de las “Aguilas Negras”, un presunto grupo paramilitar. En los primeros momentos de la investigación detuvieron, e interrogaron, a varios miembros desmovilizados de las antiguas unidades antiguerrillas.
Ciénaga tiene actualmente 180 paramilitares de extrema derecha desmovilizados, acogidos al programa de reinserción del gobierno. El mando de la policía local ha asegurado a Reporteros sin Fronteras que controla mensualmente su actividad, aunque ha reconocido que algunos de ellos “no han optado por el camino que debían seguir en el proceso de reinserción”. Sin embargo, las amenazas a periodistas podrían proceder de delincuentes comunes. Camilo Munive lleva protección tras presentar una denuncia; al contrario que su colega, quien teme que un procedimiento judicial le exponga todavía más.
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20.01.2016