Rumanía. El país asume la presidencia de la Unión Europea con la libertad de prensa en caída libre
Mientras Rumania se prepara para asumir la presidencia rotativa de la Unión Europea la próxima semana, Reporteros sin Fronteras (RSF) expresa su preocupación por el fuerte deterioro de la libertad de prensa en este país de Europa del Este. La organización pide medidas activas para combatir la desinformación y para promover un periodismo de calidad.
Entre los problemas del panorama mediático rumano se cuentan la politización excesiva, mecanismos de financiación corruptos, el sometimiento de decisiones editoriales a los intereses de los propietarios de los medios y la desinformación deliberada.
La transformación de los medios en herramientas de propaganda política se ha hecho cada vez más evidente en los últimos años, especialmente durante las elecciones, que se han celebrado de forma frecuente debido a la inestabilidad política. La crisis económica ha llevado al cierre a muchos medios de comunicación, mientras que los oligarcas han tomado el control de otros.
Aunque está consagrado como un principio básico en su constitución, la libertad de prensa ha disminuido constantemente en Rumania, que ocupa el puesto 44, entre 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2018 de Reporteros Sin Fronteras.
"Doce años después de que Rumania se uniera a la Unión Europea y mientras se prepara para asumir la presidencia de la UE, instamos a sus autoridades a que demuestren su responsabilidad y eviten que continúe estrechándose la libertad de prensa en su país", pide Pauline Adès-Mével, jefa del departamento para la UE y los Balcanes de Reporteros sin Fronteras.
"El gobierno debe hacer todo lo posible para garantizar la independencia editorial, para evitar que los oligarcas y sus intereses exploten a los periodistas, y para combatir la desinformación, con el fin de que los rumanos puedan tener acceso a la cobertura informativa fiable que toda democracia necesita para funcionar correctamente".
La concentración de la propiedad afecta a la independencia editorial
La propiedad es el mayor problema para los medios de comunicación de Rumania, cuya independencia editorial está más amenazada que nunca. Algunos propietarios de medios están siendo procesados, otros están en prisión y la mayoría mantiene "amistades" políticas que sirven a sus intereses. Las líneas editoriales de estos medios suelen ignorar el interés público, y la autocensura es una regla de supervivencia para los periodistas.
En los últimos años, los propietarios han utilizado sus medios de comunicación para realizar campañas de desinformación sistemáticas diseñadas para socavar el sistema judicial de Rumania. Los canales de televisión oficialistas Rumania TV y Antena 3 han violado la ética periodística básica en su cobertura de las protestas de 2017 y 2018 al incluir información falsa diseñada para sugerir, por ejemplo, que el filántropo estadounidense de origen húngaro George Soros estaba detrás de las protestas y que trató de influir en el resultado de las elecciones parlamentarias de 2016.
Romania TV también está detrás de una campaña de desprestigio contra la Dirección Nacional Anticorrupción (ADN) y su fiscal principal, la punta de lanza de una ofensiva que ha alarmado a la clase política durante meses.
Dueños de televisiones condenados por corrupción
La línea editorial adoptada por los medios de comunicación puede explicarse a menudo por el hecho de que sus propietarios han sido condenados por corrupción. Dan Voiculescu, uno de los hombres más ricos del país, es un ejemplo perfecto de cómo una sola persona suele combinar una amplia gama de actividades profesionales en Rumania. Este ex político es dueño de un importante grupo de medios entre los que se incluye Antena 1, uno de los canales de televisión más populares de Rumania. En 2016, fue condenado por blanqueo de capitales y chantaje.
Cuando no están en prisión, algunos propietarios de medios andan a la fuga. Es el caso de Sebastian Ghita, un polémico empresario acusado de soborno, chantaje y blanqueo de capitales que ha obtenido asilo político en Serbia. Antes de huir, se aseguró de poder atacar a sus enemigos políticos invirtiendo en los medios de comunicación, incluido el canal líder de noticias 24 horas, Realitatea TV, y creando su propio canal, Rumania TV, en 2013.
Adrian Sarbu, dueño del grupo Mediafax; Alexander Adamescu, propietario del periódico Romania Libera; Dan Andronic, editor del periódico Evenimentul Zilei y muchos otros empresario de medios también han sido acusados de corrupción en los últimos años. Doina Gradea, jefa de la emisora estatal TVR, fue acusada recientemente de interferir en el comité de ética y de censurar a sus periodistas después de que, repentinamente, cancelara uno de sus principales programas de asuntos actuales.
Legislación que amenaza la independencia
Los medios de comunicación también son hostigados por el Parlamento. Después de aumentar su control sobre la radio y la televisión pública al sustituir a sus ejecutivos, la gobernante coalición PSD-ALDE reforzó su control sobre la agencia nacional de noticias AGERPRESS en 2017 al aprobar una enmienda legislativa que le permite despedir a la dirección sin ningún motivo.
La supervivencia e independencia de los medios de comunicación estatales también se ve amenazada por la eliminación de alrededor de 100 impuestos, incluida la tasa de televisión, principal fuente de ingresos para las emisoras de radio y televisión públicas, muy endeudadas de Rumania.
El Consejo Nacional Audiovisual (CNA), que se supone que garantiza que la radio y la televisión disfruten del "respeto total a la libertad de prensa", ha sido ampliamente acusado en los últimos años de "politización", de conflictos de intereses y de incompetencia. Sus miembros, que son nombrados por los partidos políticos, expresan abiertamente sus opiniones políticas en los periódicos y en la televisión, mientras que su presidente y un ex miembro actualmente están encausados por cargos de corrupción.
Violencia policial durante las protestas
Otro síntoma del mal estado de la libertad de prensa es la forma en que los periodistas rumanos y extranjeros han sido tratados durante las protestas. Cuando decenas de miles de rumanos salieron a las calles en agosto para exigir la renuncia del gobierno, unos 15 periodistas fueron sometidos a violencia verbal y física por parte de la policía, lo que llevó al presidente Klaus Iohannis a pedir a la oficina del fiscal que investigue su "brutal y desproporcionada intervención".
Acusada de compilar una "lista negra" de periodistas considerados como incitadores de una revuelta, la ministra del Interior, Carmen Dan, sin embargo, defendió a la policía, insistiendo en que se había "respetado la ley y defendido las instituciones del estado".
Digitales de investigación que son ahora la única fuente de noticias
Los reporteros de investigación no se han librado. Para contrarrestar la mala calidad de los medios tradicionales y arrojar luz sobre la ubicua corrupción, varios periodistas han lanzado medios de investigación como Proyecto RISE, Casa Jurnalistului, Hotnews , Factual , Brrlog y Decât o Revistă, cuya información ha sacudido la política y el panorama mediático.
El Estado no ha tardado en responder. Hotnews, que ha publicado artículos sobre líderes políticos como el líder del PSD, Liviu Dragnea, recibió la visita de la Agencia Nacional para la Administración Fiscal (ANAF). El proyecto RISE, que también fue visitado por los inspectores de hacienda, ha sido amenazado con una multa de hasta 20 millones de euros si no revela sus fuentes de una serie de artículos de Facebook.
Las autoridades también han tratado de restringir el acceso de los periodistas a la información pública en los últimos años. El ayuntamiento de Bucarest, el Ministerio de Salud, el Ministerio de Defensa y otras entidades estatales han utilizado métodos antidemocráticos para ocultar información a los periodistas. El reciente Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) de la Unión Europea, que tiene como objetivo proteger los datos personales y la privacidad, también ha provocado abusos y los funcionarios rumanos lo utilizan como motivo para no compartir información con los periodistas.
La periodista de investigación de PressOne, Emilia Ercan, sin embargo, obtuvo recientemente una importante victoria en el caso que presentó contra el Ministerio de Defensa, que había citado al GDPR como justificación para negarse a darle acceso a la información que había buscado por motivos de interés público.
Como resultado, los reporteros de investigación independientes y los sitios web ahora son vistos como una de las pocas esperanzas de un renacimiento periodístico en Rumania.