“Resista a las presiones de los regímenes represivos”: Reporteros sin Fronteras escribe a la nueva dirigente de Yahoo!

Reporteros sin Fronteras ha felicitado a Carol Bartz por su nombramiento, el 13 de enero de 2009, para dirigir la empresa Yahoo!. Jean-François Julliard, secretario general de Reporteros sin Fronteras, ha aprovechado la ocasión para hacerle partícipe de sus preocupaciones en cuanto a la política que la sociedad que ahora dirige leva a cabo en China. “La imagen de Yahoo! se ha visto empañada por las revelaciones de su complicidad con los censores del Internet chino en el caso de Shi Tao en 2005. (...) Shi Tao fue condenado a diez años de cárcel gracias a algunas informaciones proporcionadas por Yahoo!, tal y como lo menciona la sentencia del tribunal (...)”, escribe Jean-François Julliard en su carta. “Le pedimos que lleve a cabo una política de ruptura con la entrega de datos personales de usuarios a las autoridades de los países que censuran Internet, y que han adoptado la desgraciada costumbre de implicaros en su caza a los disidentes”, prosigue. El 30 de abril de 2005, el periodista de 37 años Shi Tao,del diario Dangdai Shang Bao (Las Noticias del comercio contemporáneo), fue considerado culpable de “divulgación ilegal de secretos de Estado en el extranjero”. Según las autoridades difundió, en páginas extranjeras, una nota interna enviada a su redacción por las autoridades, en la que se avisaba a los periodistas de los peligros de una desestabilización social y de los riesgos que podría tener el regreso de algunos disidentes, con motivo del décimo quinto aniversario de la masacre de la Plaza de Tiananmen. En el juicio, la Seguridad del Estado confirmó que se trataba de un documento “Jue Mi” (top secret). Shi Tao reconoció haberlo enviado por email, pero negó su carácter secreto. Yahoo! Hong Kong facilitó todas estas informaciones a las autoridades chinas, en un informe fechado el 1 de agosto de 2003. El periodista está internado en un centro de detención de Changsha desde que el detuvieron, el 24 de noviembre de 2004, en Taiyuan (Nordeste). En otros tres casos se pudo probar una similar colaboración de Yahoo! con las autoridades chinas: son los de Li Zhi, Wang Xiaoning y Jiang Lijun. Reporteros sin Fronteras ha tomado buena nota de los esfuerzos llevados a cabo por la empresa Yahoo! para rehabilitar su imagen e inspirar confianza a los clientes. Jerry Yang, anterior dirigente de la empresa, aceptó por ejemplo pagar los gastos del proceso que pidió la madre de Shi Tao en nombre de su hijo, y creó un fondo para los derechos humanos destinado a indemnizar a los disidentes chinos acosados o encarcelados, que dirige el célebre defensor de los derechos humanos en China Harry Wu. Yahoo! se ha adherido también a los principios de libertad de expresión y respeto de la vida privada del Global Internet Network (GNI), creado por iniciativa de un grupo de empresas, organizaciones de la sociedad civil, inversores y profesores universitarios. “Es cierto que se han dado iniciativas loables pero no hacen más que eludir el auténtico problema (...). Nos parece más juicioso impedir que los disidentes terminen en la cárcel que intentar sacarles de ella. Por eso le sugerimos que renegocie su colaboración con Alibaba, incluyendo una cláusula no negociable que le obligue a resistirse a las demandas abusivas de las autoridades chinas, apoyándose en unos cuantos principios: las demandas de datos personales de los usuarios deberían hacerse sistemáticamente por escrito y la decisión final la tomaría un representante de Yahoo!, que se habría comprometido a no colaborar en casos de fondo político. Si fuera necesario, debería considerar usted seriamente la posibilidad de alojar sus servidores fuera del país, para quedar exenta de tener que cumplir la ley local”, escribe Jean-François Julliard en su carta. En la misma ocasión Reporteros sin Fronteras ha recordado su apoyo a la Global Online Freedom Act, una proposición de ley del diputado republicano Christopher Smith (New Jersey) que, como complemento de los principios enunciados, podría suponer un escudo jurídico para las empresas norteamericanas del sector de Internet, con el que desafiar las solicitudes políticas de regímenes que pretenden censurar la Red. Actualmente hay 70 ciberdisidentes encarcelados por sus actividades en línea. Ller la carta (en englése)