Reporteros Sin fronteras hizo público un informe, sobre la situación de la libertad de prensa en Costa de Marfil, titulado: "Patriotismo exacerbado y satanización de la prensa internacional". La organización escribió al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para pedirle que acuda al Tribunal Penal Internacional, a propósito de la situación en Costa de Marfil.
Después de investigar una semana sobre el terreno, Reporteros Sin Fronteras escribió, el 25 de octubre, al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para pedirle que acuda al Tribunal Penal Internacional, a propósito de la situación en Costa de Marfil. Entre otras cosas, la organización pidió que se lleve a cabo una investigación internacional, lo más pronto posible, con el fin de examinar las exacciones cometidas, tanto por parte de los rebeldes como de las fuerzas legitimistas. En efecto, las amenazas, agresiones y destrucción de materiales, cometidas contra los periodistas, desde el 19 de septiembre, evidencian graves infracciones del derecho internacional humanitario y, por este motivo, se puede denunciar a sus autores ante el Tribunal Penal, a pesar incluso de que Costa de Marfil no haya ratificado el estatuto del Tribunal.
La organización también ha pedido a las autoridades de Costa de Marfil que proporcionen protección a los medios de comunicación que la soliciten, y que restablezca las emisiones en FM de las radios internacionales (RF1, BBC y Africa Nº 1), prohibidas desde hace más de un mes.
Finalmente, Reporteros Sin Fronteras ha pedido al Ministro de Comunicación que se entreviste con las direcciones de los medios de comunicación estatales para que, lo más pronto posible, puedan reintegrarse a sus puestos los empleados de la radio y de la televisión públicas, despedidos a causa de su etnia o de su sensibilidad política.
Los acontecimientos del 19 de septiembre de 2002 han hundido a Costa de Marfil en el período más agitado de su historia. De un intento de golpe de Estado se ha pasado a una auténtica rebelión que controla una parte del territorio. A la prensa le llegan golpes de todas partes: tanto de las fuerzas armadas -militares, policías y gendarmes- como de los rebeldes. Ningún medio de comunicación se siente hoy seguro.
La prensa internacional atacada por todas partes
Las autoridades de Costa de Marfil fueron las primeras en designar a los periodistas extranjeros como cómplices de los rebeldes, y en denunciar su voluntad de "desestabilizar el país". Aunque la prensa extranjera no tiene por qué estar al margen de la crítica, no hay nada que pueda justificar los virulentos ataques que les llegan, tanto de las autoridades como de una parte de la prensa privada y de los medios gubernamentales. Esos ataques, a veces con nombre y apellidos, crean un clima de inseguridad que, en algunos casos, llega hasta las agresiones físicas.
La práctica totalidad de los representantes de la prensa extranjera entrevistados afirman que las repetidas amenazas afectan gravemente a su libertad de movimiento. Varios periodistas, que han cubierto otros conflictos en Africa, afirman que nunca pasaron por una situación igual. A un realizador francés, enviado por Radio France Outremer (RFO), le mantuvieron detenido, durante seis días, los servicios de seguridad de Costa de Marfil, sin ninguna explicación.
La prensa local amenazada
En el espacio de un mes fueron saqueadas dos redacciones, varios periodistas resultaron agredidos y no se cuenta ya el número de amenazas anónimas, recibidas en las redacciones. Las autoridades, a las que se acudió en varias ocasiones, todavía no han adoptado medidas concretas para garantizar la seguridad de los periodistas en Costa de Marfil. El Ministro de Comunicación, Séry Bailly, se limita a repetir que "la mayor seguridad para los periodistas reside en el tratamiento correcto de una información". La autocensura, animada por estas declaraciones, se ha convertido efectivamente en una práctica normal en las redacciones de Costa de Marfil.
Medios de comunicación xenófobos
"Nosotros, los periodistas de Costa de Marfil, hemos preparado la guerra. Tenemos que asumir nuestras responsabilidades. Con nuestras palabras cargadas de odio, con nuestras diatribas, hemos preparado la guerra en el ánimo de los ciudadanos de Costa de Marfil", confesaba recientemente el ex director de un diario local.
La prensa extranjera, Francia y el opositor Alassane Dramane Ouattara, están en el punto de mira de algunos periódicos próximos al poder. Le National es, una vez más, el más virulento, multiplicando los ataques verbales, las llamadas a la violencia y las declaraciones injuriosas y calumniosas. En él se dan todos los elementos para convertir a su cabecera en un auténtico "medio de comunicación del odio". Pero otras cabeceras no quedan al margen: el diario progubernamental Notre Voie y el periódico L'fil du Peuple, arrojan regularmente leña al fuego.
El comportamiento de los medios de comunicación estatales
Según la opinión de varios periodistas locales, los medios de comunicación públicos de Costa de Marfil están jugando un papel nefasto en esta crisis. Herramientas de propaganda del poder establecido, esos órganos de prensa no contribuyen a calmar los ánimos y sí, en gran medida, a la desinformación del público. En efecto, al enseñar solamente una cara de los acontecimientos, y al elaborar comentarios "guerreros", los periodistas de esos medios envenenan aun más la situación.
Despidos por motivos étnicos y políticos
En los días siguientes al intento de golpe de Estado del 19 de septiembre, no se autorizó a regresar a su trabajo a varias decenas de empleados de la radio y de la televisión públicas. Oficialmente se trataba de preservar la seguridad del personal. Pero varios de los periodistas despedidos estiman que se les acusa de apoyar a la Agrupación de los Republicanos (RDR, oposición), o de ser naturales del norte del país. Dos periodistas de la televisión nacional, que prefieren mantenerse en el anonimato, están persuadidos de que se les ha apartado deliberadamente de la antena. "Todos los periodistas que ya no tienen trabajo son del Norte, o supuestos miembros del RDR. Casi todos los que continúan son Bétés", confesó uno de ellos a Reporteros Sin Fronteras.
También los rebeldes controlan la información
A los periodistas no les va mucho mejor en la parte del territorio controlada por las fuerzas rebeldes. Aunque los periodistas extranjeros están menos expuestos, no ocurre lo mismo con los escasos reporteros locales que se encuentran en la zona. Por otra parte, los rebeldes han entendido muy bien lo que significa la información y, desde el 21 de octubre, poseen su propio canal de televisión. Aquí también, el canal no hace otra cosa que reproducir la propaganda oficial y emitir, a lo largo de la jornada, los mítines y discursos de los líderes del Movimiento Patriótico de Costa de Marfil (MPCI, brazo político de la rebelión armada).