Según el Pentágono, los soldados norteamericanos que el 17 de agosto mataron en Bagdad a Mazen Dana, el camarógrafo de Reuters, actuaron "respetando las reglas de disparar". Reporteros sin Fronteras está indignada por la falta de seriedad y trasparencia de las investigaciones del ejército norteamericano sobre la violencia armada, de la que muchos periodistas están siendo víctimas en Irak.
El 22 de septiembre, el Ministro de Defensa norteamericano anunció a través de uno de sus portavoces en Washington, el Teniente Coronel George Krivo, que una investigación oficial había llegado a la conclusión de que los soldados que el 17 de agosto mataron en Bagdad a Mazen Dana, camarógrafo de Reuters, "actuaron respetando las reglas de disparar". Añadió que fue un "lamentable incidente".
Reporteros sin Fronteras se encuentra extremadamente decepcionada e indignada por la actitud de las autoridades norteamericanas en este asunto, así como en todos los demás casos similares de violencia, por parte de soldados norteamericanos, con los profesionales de los medios de comunicación en Irak.
"Tanto si se trata del disparo de un obús doblemente asesino sobre el Hotel Palestine, como de la muerte de Mazen Dana, debida a la confusión de un soldado norteamericano entre una cámara y un lanza-misiles, el Pentágono se contenta con simulacros de investigación, totalmente faltos de trasparencia y que no dan ninguna respuesta. Solo se hacen públicas las conclusiones -siempre idénticas-, sin que ni siquiera sean informados los primeros afectados", ha declarado Robert Ménard, secretario general de Reporteros sin Fronteras. "Esta desenvoltura, añadida a la falta de medidas para evitar nuevos dramas, es un insulto a los periodistas, víctimas de los atropellos del ejército norteamericano", ha añadido Robert Ménard, antes de concluir: "Aunque los atropellos son muchos, las investigaciones son inexistentes e ineficaces, ya que todas concluyen con la infalibilidad del ejército norteamericano".
El Pentágono no ha informado a la agencia británica de prensa Reuters, en la que trabajaba Mazen Dana desde hacía diez años, ni del final de la investigación, ni de sus conclusiones.
Reporteros sin Fronteras también está muy preocupada porque existe un gran peligro de que puedan producirse otras tragedias que impliquen a periodistas y militares norteamericanos, dada la inseguridad y los persistentes ataques contra las tropas de la coalición en Irak.
El 18 de agosto de 2003, Reporteros sin Fronteras envió una carta al Secretario de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld, pidiendo que se dieran a los soldados sobre el terreno consignas claras de contención y precaución, con el fin de respetar la libertad de movimiento de los periodistas, y de no ponerles en peligro de manera desconsiderada. Esta petición no ha tenido ninguna respuesta y desde entonces se han producido nuevos incidentes.
El 18 de septiembre, cuando los soldados norteamericanos abrieron fuego en Khaldiya (a unos 80 km. de Bagdad) sobre un vehículo de prensa marcado AP, Karim Kadim intentaba grabar a un convoy militar que acababa de sufrir un ataque. El coche de prensa fue acribillado por una veintena de disparos, que rompieron el parabrisas e hicieron estallar los neumáticos. El reportero corrió, bajo las balas, a refugiarse tras la esquina de un inmueble. "La mención AP era bien visible en el coche, pero igualmente dispararon", precisó Karim Kadim. Según algunos testigos, las fuerza norteamericanas sufrieron grandes pérdidas en una serie de ataques contra un convoy militar, en esta ciudad situada a 80 km. al oeste de Bagdad.
El 17 de agosto de 2003, al camarógrafo de la agencia Reuters Mazen Dana, de 41 años, le mató un soldado norteamericano mientras grababa en el exterior de la cárcel de Abu Ghraib, en las afueras de Bagdad. Según las declaraciones del capitán norteamericano Frank Thorp el mismo día en Washington, el camarógrafo fue tomado como blanco por un soldado que confundió su cámara con un lanza-misiles. Según el técnico de sonido de Reuters Nael Choukhi, testigo de la escena, los periodistas fueron invitados por el ejército norteamericano a grabar en aquel lugar. Una vez allí, pidieron autorización para grabar a los soldados que custodian la cárcel. "Esta última muerte, ocurrida tan poco después de la de Taras Protsyuk, al que también mató un tanque norteamericano, es muy difícil de soportar", declaró el director general de Reuters, Tom Glocer. "Es la razón por la que pido personalmente, a las más altas autoridades del gobierno norteamericano, una investigación completa", añadía antes de rendir homenaje a la memoria de "uno de los camarógrafos más experimentados" de la agencia Reuters. Mazen Dana, de nacionalidad palestina, fue premiado por su cobertura del conflicto palestino-israelí en la ciudad de Hebrón, en Cisjordania. En una decena de años de trabajo en la agencia Reuters, el ejército israelí le hirió y golpeó en numerosas ocasiones.