Pakistán: RSF pide una investigación sobre la desaparición de dos periodistas de la comunidad chií
Reporteros Sin Fronteras pide una investigación independiente que aclare la desaparición de dos periodistas en Karachi. Los informadores deben aparecer sin más demora y sus secuestradores deben ser juzgados.
La primera víctima es el reportero del Daily Jang, Matloob Hussain Mosavi, secuestrado en Karachi el 30 de marzo, por un grupo de individuos enmascarados vestidos de civil que llegaron en un vehículo sin matricular acompañado de tres coches de policía. Su familia no sabe nada de él desde entonces.
"No nos han dicho cuál es el delito de Matloob" cuanta su hermano Minhaj. "La forma en que se lo han llevado parece la detención de un terrorista, pero no es un terrorista", lamenta. Minhaj no descarta que se hayan llevado a su hermano por causas relacionadas con el ejercicio de su profesión, por sus comentarios en redes sociales, que pueden haber cabreado a alguien, añade.
La segunda víctima es el cámara de Aab Takk News TV, Syed Ali Mubashir Naqvi, secuestrado de forma similar en el parking del canal, en Karachi, el 1 de abril, según han confirmado sus compañeros a RSF.
Ambos periodistas son miembros de la minoría chií.
“Diseñado para intimidar”
"Pedimos a las autoridades paquistaníes que hagan todo lo posible para aclarar la desconcertante desaparición de estos dos informadores, que tiene todos los rasgos de una operación diseñada para intimidarles", afirma el responsable de la oficina de Asia - Pacífico de Reporteros Sin Fronteras, Daniel Bastard.
"El modus operandi, la proximidad en el tiempo, y la identidad de los periodistas secuestrados, sugiere que las fuerzas de seguridad están detrás de estos secuestros, violando así todos los procedimientos judiciales. Compete al gobierno pakistaní demostrar que el país sigue regido por el estado de derecho".
El gobierno del Primer Ministro Imran Khan, dependiente de inversiones de origen saudí, hace lo necesario para contentar a Riad. El mes pasado el ministor del Interior ordenó iniciar "investigaciones" a seis periodistas paquistaníes que publicaron repetidamente imágenes del periodista asesinado Jamal Khashoggi.
No puede descartarse que el establishment paquistaní pretenda ahora intimidar a los periodistas de la comunidad chií, constantemente denostados por Arabia Saudí.
Cabe recordar que cinco periodistas críticos en el fundamentalismo islámico fueron secuestrados en enero de 2017, torturados durante su secuestro y finalmente puestos en libertad semanas después. Uno de ellos, Ahmed Waqas Goraya, refugiado en Holanda, asegura que los servicios de Inteligencia le secuestraron con el objetivo de intimidar a todos los internautas disidentes.
Un año más tarde, en enero de 2018, el periodista Taha Siddiqui escapó por poco a un intento de secuestro probablemente orquestado por el establishment militar.
Pakistán ocupa el puesto 139 de los 180 países que conforman la actual Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa elaborada anualmente por Reporteros Sin Fronteras.