Siria: Crece el acoso a periodistas de medios afines al régimen
La detención del periodista Rabea Kalawandy, en Aleppo, la semana pasada, pone de nuevo en relieve la larga lista de informadores víctimas del régimen de Assad, incluidos aquellos supuestamente afines.
Kalawandy, que trabaja para el canal iraní progubernamental Al-Alam, fue detenido el 8 de julio. Su familia desconoce dónde esá preso preso. No publicó nada en su página de Facebook el día siguiente de su detención, y empezó a compartir contenidos 24h más tarde sin ninguna explicación.
La única certeza es que se ha unido a la larga lista de la que ha tenido conocimiento Reporteros sin Fronteras, formada por hasta 13 periodistas progubernamentales amenazados en los 12 últimos meses por los servicios de Inteligencia por causas relacionadas con su trabajo. La acusación más común es la de "minar la moral del Estado" y "dañar el prestigio del Estado".
Ilusión de libertad
Hasta la fecha estos periodistas habían sido privilegiados. Los servicios de Inteligencia los habían escogido para tener acceso a zonas de combate y algunas poblaciones con el fin de llevar hasta allí una cobertura mediática con el punto de vista oficial. Esta actitud les dio una amplia audiencia. El director de la ONG Justicia Siria y director del Accountability Centre, Mohammad Al-Abdullah, ha contado a Enab Baladi que a veces usaban su trato con figuras relevanetes para mencionar problemas relacionados con los niveles de pobreza y la corrupción, pero que la reacción de las autoridades y los servicios de seguridad ha sido recordarles que los límites a sus críticas no han cambiado.
Entre estos periodistas estaba Rida Albasha, del canal libanés Al-Mayadeen, que suele tener una cobertura farovable a Siria e Irán. Era uno de los reporteros más influyentes de Siria. Acompañó a las fuerzas gubernamentales en numerosas ocasiones hasta que empezó a hablar abiertamente de corrupción en las áreas controladas por Assad, sobre todo Aleppo, en videos y emisiones en Facebook. Fue expulsado de Siria en abril.
El poder del miedo en los periodistas
Poco después de la expulsión de su expulsión, Albasha se preguntó en Facebook: "¿Como promulgas una ley de prensa si aplicas a los periodistas leyes que se usan para perseguir asesinos, traficantes de drogas y ladrones". Su comentario fue retirado con posterioridad.
Otros periodistas también han expresado su frustración en Facebook, aunque han terminado retirándolos igualmente por miedo a represalias. Un conocido presentador de un programa sobre corrupción en un canal estatal (que prefiere no ser identificado aunque ahora vive en un exilio autoimpuesto) asegura que dejó Siria porque ya no era posible cubrir la corrupción de manera adecuada.
El precio del petróleo es otro tema que limita a la prensa en Siria. Mohamad Harsho, editor de la web Hashtag Syria, fue detenido el 10 de abril tras publicar un artículo sobre las intenciones del Gobierno de subir el precio de la gasolina. Fue puesto en libertad después de que oficiales de Inteligencia retiraran la publicación de la web y le obligaran a pedir una disculpa formal. Su castigo fue menos severo que el de Raeif Salameh, periodista de la unidad de prensa del Partido Baath, que estuvo encarcelado de abril a mayo por supuestamente llevar una página de Facebook crítica con el ministerio de sanidad. El corresponsal de Hashtag Syria, Amer Drau, estuvo cuatro meses preso en 2018, de agosto a noviembre, por "publicar noticias falsas".
La desconocida suerte del editor de Damascus Now
El caso más emblemático es el de Wissam Al-Tair, editor de Damascus Now, el medio progubernamental más influyente en facebook con más de 2,7 millones de seguidores. Su detención el 15 de diciembre de 2018 supuso una gran sorpresa y la página de Facebook estuvo sin funcionar varios días. Otro periodista detenido ese mismo día Sonel Ali, de Sham FM, fue puesto en libertad pronto. No así Al-Tair.
Nadie sabe a ciencia cierta dónde está, o dónde está detenido. Algunas fuentes afirman que cometió el error de publicar una encuesta sobre la crisis del petróleo en Siria. El escritor e investigador Hossam Jazmati asegura saber de "fuentes fiables" que vendía fotos a medios extranjeros que constituían un acto de traición porque sólo puede hacerse con la aprobación del Gobierno.
La familia de Al-Tair, que vive en Jableh (a 25km de la ciudad de Latakia), ha atribuido su detención a los servicios de Inteligencia por haber hablado de corrupción. Su madre ha descrito su viaje a Damasco para pasar días buscando a su hijo, sin éxito. Según informaciones sin confirmar, podría haber muerto bajo torturas.
Legislación
En teoría, la Constitución siria (adoptada en 2012 tras las primeras protestas, garantiza la libertad de prensa y el "derecho al acceder a una información sobre temas públicos", además de prohibir "detenciones, interrogatorios e investigaciones a periodistas". El gobierno a menudo reitera que los medios gozan de una amplia libertad de prensa. El ministro de Información, Imad Sara, ha llegado a afirmar que ya no se impondrían más "líneas rojas" a la prensa.
En realidad, el control de publicaciones online lleva en marcha desde la adopción por parte del Gobierno de una ley especial en marzo de 2018 para crear un tribunal especial para "delitos de información y comunicación".
Siria ocupa el puesto 174 de los 180 países que conforman la actual Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa elaborada anualmente por Reporteros sin Fronteras.