Llamado a la liberación de un periodista independiente que puede ser condenado por “desacato”
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Desde que Raúl Castro ascendió a la presidencia, en 2006, aunque no ha cesado la represión contra los disidentes, a menudo ésta se ha traducido en detenciones breves. Por desgracia, la detención del corresponsal de la agencia Hablemos Press, Calixto Ramón Martínez Arias, podría ser la excepción que confirma la regla y recordar la triste época de los largos encarcelamientos. Arrestado por la policía el 16 de septiembre de 2012 y detenido desde entonces, el periodista independiente corre el riesgo de ser condenado a tres años de prisión por “desacato” a las figuras de Fidel y Raúl Castro.
El periodista, quien se encontraba detenido en el Centro de Deportación y Retención de la Policía Nacional de La Habana, fue trasladado el jueves 27 de septiembre a la prisión de Valle Grande, situada en el municipio La Lisa, de La Habana.
“Cuando Calixto Ramón Martínez fue detenido, investigaba la pérdida de un cargamento de medicamentos y equipos médicos, por mal almacenamiento, en el aeropuerto. Poco antes había alertado sobre un brote de cólera y dengue, que después fue reconocido por las mismas autoridades. ¿La investigación que desarrollaba o sus anteriores revelaciones, en qué podrían constituir un “desacato” a las figuras de los dirigentes? Esta acusación es completamente absurda; también es totalmente inútil el método de usar este caso como ejemplo. Manifiestamente, este debate hace falta en los medios de comunicación oficiales; uno de sus periodistas aún se encuentra detenido, mientras que otros han elegido el camino del exilio”, subrayó Reporteros sin Fronteras.
“Pugnamos porque Calixto Ramón Martínez Arias sea puesto en libertad de forma inmediata. Según los pactos sobre Derechos Civiles y Políticos de las Naciones Unidas que las autoridades cubanas firmaron en 2008 –pero que aún no han ratificado–, en el país debería existir el derecho de informar y la sociedad civil debería contar con el de cuestionar. Los otros países miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), ¿recordarán al gobierno cubano este principio?”, se pregunta la organización.
El 21 de septiembre el director de Hablemos Press, Roberto de Jesús Guerra Pérez, intentó, infructuosamente, que le permitieran visitar a su colega, arrestado cinco días antes cerca del aeropuerto internacional José Martí. Los periodistas disidentes que acudieron al lugar obtuvieron como única respuesta amenazas de arresto y algunos de ellos incluso fueron detenidos por un breve lapso. Según las últimas noticias, el 20 de septiembre Calixto Ramón Martínez fue trasladado al hospital Enrique Cabrera para recibir atención médica por los golpes que había recibido en el ojo izquierdo.
Originario de Camagüey, Calixto Ramón Martínez sufre un verdadero encarnizamiento de las autoridades, que persisten en enviarlo a su ciudad de origen, cuando él vive y trabaja en La Habana. En dos años, el periodista ha sido expulsado diez veces a Camagüey, en menosprecio de la reducción de la severidad de la ley de “migración interna”, adoptada a finales del año 2011, que antes limitaba la posibilidad de que las personas de provincia se mudaran a La Habana. Se trata del tercer periodista de Hablemos Press arrestado y detenido en este mes de septiembre.
Pérdidas oficiales
El día del arresto de Calixto Ramón Martínez, la jefa de edición del diario oficial Granma, Mairelys Cuevas Gómez, aprovechó un viaje de trabajo a México para refugiarse en Estados Unidos y pedir asilo. Un mes antes, el 15 de agosto, cuando acababan de finalizar los Juegos Olímpicos en Londres, Luis López Viera, jefe de la Redacción Deportiva de Juventud Rebelde, otro diario del Estado, hizo lo mismo ante los servicios de inmigración británicos. Manteniéndose informada sobre su situación, la organización Reporteros sin Fronteras desearía conocer la reacción de las autoridades cubanas frente a los exilios de periodistas que eran sus empleados, así como saber más sobre la suerte de José Antonio Torres, otro periodista de la prensa del Estado, encarcelado desde hace más de un año y acusado, sin mayor precisión, de “espionaje”.
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20.01.2016