A casi tres semanas de que
Moisés Sánchez Cerezo fue secuestrado, aún se desconoce dónde se encuentra el periodista, la identidad de sus raptores y el motivo de su secuestro. Reporteros sin Fronteras cuestiona el tiempo que las autoridades del estado de Veracruz tardaron en iniciar las operaciones de búsqueda: requirieron entre cuatro y cinco horas tras la desaparición del periodista, pese a que se les había informado del secuestro 40 minutos después de que éste sucedió.
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Reporteros sin Fronteras expresa su preocupación por la falta de cooperación entre la Procuraduría General del Estado y la Fiscalía Federal de Atención a Delitos contra la Libertad de Expresión", señaló Claire San Filippo, responsable del Despacho Américas de nuestra organización.
"Exhortamos a las autoridades a trabajar en armonía para que se haga todo lo posible para encontrar al periodista sano y salvo. Esto implica indagar más si el crimen estuvo relacionado con su profesión periodística y si el crimen organizado pudo estar detrás de su desaparición, quizás en colaboración con las autoridades locales", agregó.
Según familiares del periodista que presenciaron el rapto el 2 de enero de 2015, a alrededor de las 19:30 horas se estacionaron frente a la casa de Moisés Sánchez Cerezo cuatro automóviles de los que bajaron seis sujetos vestidos de civil, armados con metralletas; tres de ellos entraron a la casa y se llevaron al periodista. La familia del periodista presentó una denuncia por su desaparición. La Comisión de Atención a Periodista de Veracruz ofreció medidas de seguridad a la familia del Moisés Sánchez Cerezo. Reporteros sin Fronteras incita a las autoridades a reforzar estas medidas.
“Sabemos que esto fue por su trabajo periodístico, porque se lo llevaron con su equipo y no se llevaron dinero ni nada”, afirmó Jorge Sánchez, hijo del periodista, contactado por Reporteros sin Fronteras. Al inicio, las autoridades del estado de Veracruz no tomaron en cuenta el trabajo periodístico de Moisés Sánchez Cerezo, diciendo que no ejercía el periodismo, que era un taxista (Moisés, también trabajaba conduciendo un taxi), que "sólo hacía publicaciones en las redes sociales". Su familia informó a Reporteros sin Fronteras que, como su blog había sido bloqueado al menos tres veces antes, el periodista prefería usar Facebook como medio de información. En sus textos Moisés Sánchez Cerezo denunciaba la situación de inseguridad en el municipio de Medellín de Bravo, difundía información sobre el crimen organizado y protestaba por la falta de atención de las autoridades municipales, en particular del alcalde Omar Cruz Reyes. Días antes de su desaparición, un allegado informó a Moisés Sánchez Cerezo que al alcalde de Medellín le habían incomodado las notas que publicaba y que éste dijo que "le iba a dar un susto”.
Teniendo en cuenta los textos publicados por el periodista, deben considerarse otras pistas en las investigaciones, como la del crimen organizado. Moisés Sánchez Cerezo también era activista, formaba parte del Comité de Seguridad Medellín de Bravo y participó en la marcha de ciudadanos para protestar por la violencia y llamar la atención del alcalde en ese sentido.
El estado de Veracruz, uno de los más peligrosos del país para los periodistas, registra una tasa de criminalidad alarmante debido a que en él confluyen diversos grupos del crimen organizado. Desde el año 2010 cuatro periodistas han desaparecido y otros diez han sido asesinados, entre ellos
Gregorio Jiménez de la Cruz, cuyo cuerpo fue encontrado seis días después de que fuera secuestrado, en febrero de 2014. Este caso, tristemente recuerda que la falta de coordinación entre les autoridades locales y las federales perjudica a menudo el buen funcionamiento de la justicia. Algunos profesionales de los medios de comunicación han afirmado que son vigilados, hostigados y amenazados por difundir información en redes sociales sobre la inseguridad, pues las autoridades locales intentan ocultar la realidad de la violencia.
México se encuentra en el lugar 152, entre 180 países, en la
Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros sin Fronteras.