La violencia contra los periodistas se intensifica
Organización:
Reporteros sin Fronteras ha expresado su extrema preocupación por la proliferación de actos de violencia e intimidación contra periodistas en Colombia. La organización solicitó en una carta dirigida a Rómulo González Trujillo, Ministro de Justicia, la apertura de una investigación en profundidad, cuando Jorge Carvalho, ex director de la emisora de radio Todelar de Medellín (noroeste del país) y Fernando Vera, director del radionoticiero local El Clarín, fueron heridos en un atentado perpetrado en Medellín el 23 de julio de 2002 por supuestos miembros de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). "Aunque se desconoce la causa exacta de este atentado, estos periodistas son dos víctimas más de la violencia ejercida contra ésta profesión en Colombia", ha declarado Robert Ménard, secretario general de Reporteros sin Fronteras. "Es imperativo que se identifique y juzgue a los responsables del atentado" añadió.
Reporteros sin Fronteras se inquieta de nuevo por el ambiente de terror en el que ejercen su actividad los periodistas. El 18 y 19 de julio pasados, varios profesionales de la información fueron declarados "objetivos militares" supuestamente por las FARC, mientras que a principios de julio de 2002 se obligó a dos de ellos a exiliarse. En una carta dirigida a Manuel Marulanda, comandante en jefe de las FARC, la organización le ha pedido que se comprometa a respetar el artículo 3 de la Convención de Ginebra, que protege a "las personas que no participan directamente en el conflicto". "Es hora de que los grupos armados dejen de considerar a los periodistas como objetivos y al control de la información como elemento estratégico" ha declarado Robert Ménard.
Asimismo, la organización ha pedido al gobierno que aumente los medios destinados al Programa de Protección a Periodistas para éste que sea capaz de ofrecer a los profesionales de la prensa una verdadera protección y garantizar así el ejercicio del periodismo en el territorio colombiano.
Según informaciones recogidas por Reporteros sin Fronteras, Jorge Carvalho, ex director de la emisora de radio Todelar en Medellín y Fernando Vera, director del radionoticiero local El Clarín, fueron heridos tras la explosión de una bomba, el 23 de julio de 2002, en un cafetería de Medellín. El atentado, que no fue reivindicado, causó la muerte de un ex miembro del Congreso y dejó heridas a otras ocho personas. Según las autoridades, un grupo de hombres no identificados que circulaban en coche lanzaron el artefacto explosivo, dentro de una bolsa, contra el café San Joaquín, durante una reunión de periodistas y políticos. Desde hace años, éstos se reunían a diario en el café para discutir de manera informal de los problemas del país. El gobierno informó de que las investigaciones preliminares privilegiaban la pista de la guerrilla de las FARC.
También según informaciones recogidas por Reporteros sin Fronteras, varios periodistas y medios de comunicación han sido declarados "objetivos militares" supuestamente por las FARC. En un comunicado enviado el 19 de julio de 2002 a la sede del grupo RCN en Cali (suroeste del país) firmado por el frente urbano Manuel Cepada Vargas, bloque occidental de las FARC, la guerrilla amenazó de muerte a ocho periodistas si no abandonaban la ciudad en un plazo de setenta y dos horas. Albeiro Echavarría del canal de televisión Noti5, Álvaro Miguel Mina de Radio Caracol, Luis Eduardo Reyes de RCN Radio, Diego Martínez Lloreda, subdirector del diario El País, Humberto Briñez y Wilson Barco, corresponsales de RCN TV en Cali, Hugo Palomari de Caracol TV y Mario Fernando Prado, periodista free-lance, fueron acusados de trabajar al servicio del gobierno y de ser "enemigos del pueblo que defienden los intereses de la oligarquía". Las autoridades han expresado sus dudas acerca de la autenticidad del documento. Sin embargo, varios de los periodistas mencionados, entre ellos Humberto Briñez y Wilson Barco, declararon haber recibido amenazas anteriormente. Por otro lado, otro comunicado de las FARC, cuya autenticidad no ha sido probada, se envió a la sede de Radio Súper en Bogotá el 18 de julio de 2002. La guerrilla acusó a los grupos Caracol y RCN de "faltar a la verdad y de deslegitimizar y satanizar (su) acción subversiva".
Carlos Lajud, del canal de televisión local City TV, que se emite en Bogotá, y Astrid Legarda, de RCN TV, abandonaron el país tras las amenazas proferidas en su contra. Carlos Lajud y su esposa fueron obligados a exiliarse, el 16 de julio de 2002, tras recibir el 4 de abril en la sede de City TV una carta en la cual él y su familia eran amenazados de muerte. Las amenazas se produjeron tras la realización de reportajes en los que el periodista denunciaba las prácticas empleadas por la guerrilla. Astrid Legarde salió del país el 3 de julio de 2002. Se había enterado de que las FARC planeaban de asesinarla porque no apreciaban su cobertura del conflicto armado. La periodista había realizado varios reportajes sobre los combates entre los paramilitares y la guerrilla y había entrevistado varias veces a jefes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC - paramilitar).
Los periodistas se han convertido en objetivo privilegiado en la guerra que libran las AUC y las guerrillas de las FARC (marxista) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN - guevarista). Para Reporteros Sin Fronteras, Carlos Castaño (AUC), Manuel Marulanda (FARC) y Nicolás Rodríguez Bautista (ELN), forman parte de los treinta y ocho más peligrosos predadores de la libertad de prensa en el mundo. Con cuarenta muertos desde 1991, Colombia es el país más peligroso del continente para los profesionales de la información.
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20.01.2016