En la noche del 17 de enero, Enrique Ibarra, vicepresidente del grupo de prensa Correo, Santiago Silván, director de Radio Nacional de España (RNE), y Marisa Guerrero, responsable del canal de televisión Antena 3, fueron blancos de intentos de atentados.
En una carta dirigida al Ministro del Interior español, Mariano Rajoy, Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha manifestado su indignación por los intentos de atentados perpetrados en la noche del 17 de enero contra Enrique Ibarra, vicepresidente del grupo de prensa Correo, Santiago Silván, director de Radio Nacional de España (RNE) en el País Vasco español, y Marisa Guerrero, responsable del canal de televisión Antena 3 en el País Vasco español. "Vuelve a ponerse en marcha la campaña de terror contra los medios de comunicación en el País Vasco español. Le pedimos, una vez más, que ponga todos los medios necesarios para luchar contra la repetición de la violencia contra la prensa en España", ha declarado Robert Ménard, secretario general de la organización.
Según informaciones recogidas por RSF, la policía autónoma vasca desactivó, en la noche del 17 de enero, tres paquetes bomba, presumiblemente enviados por ETA al domicilio de algunos responsables de los medios residentes en el País Vasco español. El primer paquete, dirigido a Enrique Ibarra, vicepresidente del grupo de prensa Correo, fue localizado en Getxo hacía las 19 horas, después de que su destinatario llamara a la policía para comunicar que había recibido un paquete sospechoso. Tras descubrir el primer paquete, la policía interrogó al transportista, quién reveló que el mismo expedidor había enviado otros dos paquetes similares, y que todos ellos tenían como señal distintiva pegatinas del sindicato patronal vasco, Confebask. El segundo paquete bomba iba destinado al director de Radio Nacional de España (RNE) en el País Vasco, Santiago Silván, residente en Algorta, y el tercero a Marisa Guerrero, responsable del canal de televisión Antena 3 en el País Vasco español, y residente en Leioa. Los paquetes contenían una cantidad de dinamita comparable a la que hirió gravemente al periodista Gorka Landaburu, el 15 de mayo de 2001. Las bombas estaban programadas para explotar en el momento en que se abriera el paquete.
El grupo de prensa Correo y sus periodistas han sido objeto de numerosas amenazas desde hace varios años, y ya han padecido varios ataques por parte de los grupos independentistas radicales cercanos a la organización Euskadi ta Askatasuna (ETA). En la noche del 3 de marzo de 2001, arrojaron una veintena de cócteles Molotov contra la sede del diario regional vasco El Correo, en Bilbao (norte del país). Ese ataque no reivindicado se produjo mientras en el interior del edificio trabajan cerca de cuarenta personas, y no causó víctimas. El incendio causado pudo dominarse rápidamente. El 7 de julio de 2000, explotó una bomba ante los locales del periódico en Vitoria, causando daños materiales pero ninguna víctima. El director del periódico se encuentra hoy exiliado en Madrid, lo mismo que una decena de periodistas. Por su parte, Radio Nacional de España (RNE) ya fue víctima de un atentado en 2000, cuando enviaron una bomba al periodista Carlos Herrera, a la redacción de Sevilla.
RSF recuerda que los periodistas son uno de los objetivos preferidos en la campaña de violencia de la organización independentista armada ETA, en su lucha contra el Estado español. En el País Vasco español, como en el resto del país, en Madrid o en Barcelona, los medios de comunicación y los periodistas que no comparten la ideología nacionalista radical, se ven calificados de "traidores" o "invasores españoles", y amenazados de muerte. Tanto en 2000 como en 2001, varios de ellos han escapado a la muerte, en atentados con explosivos dirigidos personalmente contra ellos. José Luis López de Lacalle, periodista del diario El Mundo en el País Vasco español, fue asesinado en mayo de 2000. En los meses posteriores a ese asesinato, se multiplicaron las amenazas y los atentados con explosivos contra periodistas y redacciones. El 15 de mayo de 2001, el periodista vasco Gorka Landaburu, corresponsal del semanario madrileño Cambio 16 y de Radio France, resultó gravemente herido, en las manos y el rostro, al explotar un paquete bomba en su domicilio de Zarauz (norte del País Vasco español). El 24 de mayo de 2001, por la mañana, fue asesinado a bocajarro en San Sebastían Santiago Oleaga Elejabarrieta, director financiero del diario vasco El Diario Vasco. Alcanzado por dos o tres balas en el parking del hospital María, en el barrio Antiguo de San Sebastián, murió en el acto. La policía autónoma atribuyó el atentado a la organización independentista vasca ETA.
En total, cerca de un centenar de periodistas tienen protección oficial o privada. Una decena de profesionales de la prensa se han "exilado" del País Vasco español hacia Madrid, y algunos medios de comunicación han multiplicado las medidas de seguridad, instalando, entre otras cosas, cristales blindados y scanners.