En este 17 de diciembre, cuando el Parlamento Europeo entrega, al disidente cubano Osvaldo Paya, el Premio Sajarov, que reconoce el combate de una personalidad en favor de los derechos humanos y la libertad, Reporteros Sin Fronteras publica un informe denunciando la ausencia absoluta de libertad de prensa en Cuba.
En este 17 de diciembre, cuando el Parlamento Europeo entrega, al disidente cubano Osvaldo Paya, el Premio Sajarov, que reconoce el combate de una personalidad en favor de los derechos humanos y la libertad, Reporteros Sin Fronteras publica un informe denunciando la ausencia absoluta de libertad de prensa en Cuba.
En sus recomendaciones, Reporteros Sin Fronteras pide a la Unión Europea, entre otras cosas, que condicione la adhesión de Cuba al Acuerdo de Cotonu* a la abolición del monopolio estatal de la información, la legalización de las agencias independientes de prensa y la liberación de los cuatro periodistas que actualmente se encuentran encarcelados. Por otra parte, la organización pide a los Quince "que proporcionen un apoyo efectivo" a los periodistas independientes.
El informe, titulado "La información, coto privado del Estado", detalla las condiciones en que están detenidos los cuatro periodistas que actualmente se encuentran encarcelados en la isla. Condiciones marcadas por una deplorable alimentación, novatadas y trato degradante, y un ambiente insalubre. El más antiguo de los cuatro presos, Bernardo Arévalo Padrón (foto), fue detenido en 1997. Le acaban de diagnosticar una leptospirosis, enfermedad que transmiten los roedores. A pesar de que teóricamente puede disfrutar de libertad condicional desde octubre de 2000, las autoridades se niegan a dejarle en libertad "por su falta de cooperación en el programa de reeducación".
En Cuba, la Constitución garantiza el monopolio estatal de la información. Como Bernardo Arévalo Padrón, un centenar de periodistas independientes, agrupados en una veintena de agencias que las autoridades se niegan a reconocer, intentan a pesar de todo ejercer su derecho a informar. Sus artículos, censurados en el país, son reproducidos en los medios de comunicación extranjeros y en Internet, inaccesible a los Cubanos. El informe publicado por Reporteros Sin Fronteras narra con detalle el acoso constante a que se ven sometidos los periodistas: detenciones, citaciones policiales, presiones sobre las familias, visitas domiciliarias, etc. Están estrechamente vigilados por el aparato policial del régimen. A uno de ellos, llegaron incluso a citarle porque una vecina contó a las autoridades que en su casa, y en voz alta, pronunció palabras críticas sobre el gobierno. En total, medio centenar de ellos han emprendido el camino del exilio, desde 1995.
"A pesar de las maniobras intimidatorias, los periodistas independientes piensan que actualmente disfrutan de una relativa tolerancia en sus actividades", indica el informe. Sin embargo, Reporteros Sin Fronteras ha llegado a la conclusión de que, "en realidad, no existe tolerancia. La política represiva ha cumplido sus objetivos: mantener a los periodistas independientes de este lado de la "línea roja", que representa la difusión entre la población de informaciones no controladas por el Estado".
* El 8 de diciembre de 2002, el presidente Castro anunció que su país iba a solicitar su adhesión al Acuerdo de Cotonu, que permite a 77 países de Africa, Caribe y Pacífico (grupo ACP), disfrutar de una ayuda económica y de un régimen de preferencia comercial de la Unión Europea.
Leer el informe "Cuba: la información, coto privado del Estado"