Internacional. Más periodistas asesinados en los primeros nueve meses de 2018 que en todo 2017
En los primeros nueve meses de 2018 ya han sido asesinados más periodistas profesionales que en todo 2017, según el recuento de Reporteros sin Fronteras (RSF), que registra los asesinatos por causas relacionadas con la profesión en todo el mundo. A primeros de octubre del presente año, la cifra ascendía a 56 frente a los 55 contabilizados en todo el año pasado. Algo más de la mitad murieron en zonas de guerra.
A nivel global, 2017 fue el año menos mortífero para los trabajadores de los medios de comunicación en 14 años, pero este no será el caso, ni de lejos, para 2018. Además de los 56 periodistas cuyas muertes estaban claramente relacionadas con su trabajo, RSF está investigando al menos otros 10 casos.
"Cuando nos preparamos a colocar la piedra conmemorativa de 2018 en el memorial para periodistas asesinados de Bayeux, en el norte de Francia, debemos rendir homenaje a todos estos hombres y mujeres que murieron mientras informaban en zonas de guerra", recuerda Christophe Deloire, secretario general de RSF. "El alarmante número de muertes es un recordatorio de la urgente necesidad de brindar más protección a los periodistas. RSF está pidiendo la creación de un Representante Especial del secretario general de las Naciones Unidas. Nuestra iniciativa está respaldada por un número creciente de gobiernos y por 130 medios de comunicación, organizaciones y sindicatos de periodistas de todo el mundo. ”
Afganistán es actualmente el país más letal para los periodistas, con 13 muertos en lo que va de año y donde en un mismo día –el 30 de abril- fueron asesinados diez periodistas. Nueve de ellos, incluido el fotógrafo de agencia France Presse Sha Marai Fezi, fueron víctimas de un doble atentado con bomba en Kabul considerado el ataque más mortífero contra prensa desde que cayó el gobierno talibán, en 2001. La décima víctima, el reportero de la BBC Ahmad Shah, fue abatida a tiros por hombres armados no identificados en la provincia oriental de Jost unas horas más tarde.
En total, 29 periodistas (el 52% del total contabilizado) han sido asesinados en zonas de guerra desde principios de año. Después de Afganistán, Yemen ha sido el país más letal, con cinco muertos. Cuando no son víctimas de ataques aéreos, los periodistas mueren como resultado del maltrato en prisión en este país del Medio Oriente que ocupa el puesto 167, entre 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa.
Este fue el caso de Anwar al Rakan, un periodista yemení que fue retenido por los hutíes durante casi un año. Murió el 2 de junio, pocos días después de que lo dejaran libre cuando ya estaba a las puertas de la muerte. Según su familia quedó destrozado por el hambre, la tortura y la enfermedad. Por las redes sociales circularon fotos de su cuerpo demacrado. Los hutíes mantienen secuestrados al menos a diez periodistas y a un periodista ciudadano. Pero podrían ser muchos más, porque no proporcionan información.
En África, se han contabilizado dos periodistas asesinados en Somalia: Abdirisag Qasim Iman, que recibió un disparo mortal en un puesto de control policial en julio, y Abdirizak Said Osman, apuñalado hasta la muerte cuando salía de su emisora de radio, en septiembre.
En la República Centroafricana, la muerte de tres periodistas rusos sigue rodeada de un gran misterio. Orkhan Dzhemal, Kirill Radchenko y Alexander Rastorguyev, abatidos por pistoleros no identificados en julio, estaban investigando la presencia de mercenarios al servicio de Wagner, una empresa militar privada rusa que también opera en Siria. Su fixer, conocido como "Martin", aún no ha sido identificado y ha desaparecido misteriosamente. Las autoridades rusas y de la República Centroafricana que investigan este triple asesinato deben proporcionar cualquier información que ayude a identificar a los responsables.
En Pakistán han sido asesinados un total de seis periodistas profesionales desde principios de año. En Palestina se han contabilizado dos y en Siria otros tantos. En el caso de Siria, se trata de un descenso respecto del el año pasado, cuando fueron asesinados nueve periodistas profesionales en relación con la guerra. Sin embargo, el riesgo es cada vez mayor para los periodistas ciudadanos sirios que cubren el conflicto.