El 30 de mayo de 2008 el tribunal de la ciudad de Gerger, en la provincia de Adiyaman (Sudeste), decidió seguir manteniendo detenido a
Haci Bogatekin, responsable de un bimensual, hasta que se celebre la próxima vista del juicio, fijada para el 30 de junio. Hace más de dos meses que este hombre de 58 años, acusado en más de 90 pleitos, se encuentra encarcelado por criticar la política de las autoridades turcas en la región, y cuestionar la imparcialidad del fiscal que lleva su caso.
“Nos sentimos profundamente alarmados por la situación de Haci Bogatekin, injustamente detenido por el simple hecho de hacer su trabajo de periodista y cuestionar la imparcialidad del fiscal encargado de acusarle”, ha declarado Reporteros sin Fronteras.
“Este caso refleja muy bien las tensiones que agitan a la sociedad turca. El periodista critica la orientación de las autoridades en la política de la región, que han hecho de la lucha contra el movimiento kurdo su prioridad, y denuncia el peligro que representa para el país la creciente influencia de una poderosa comunidad islámica, relacionada con el predicador
Fethullah Gülen. Por no excluir de sus críticas ni al Estado ni al ejército, Haci Bogatekin se encuentra aislado, y privado del apoyo de todos cuantos dan importancia a la laicidad. En su proceso está en juego, finalmente, la independencia de la justicia en Turquía”, ha continuado la organización.
Haci Bogatekin, que tiene doce hijos, lleva internado en la cárcel de Kahta (provincia de Adiyaman) desde el pasado 13 de abril. El fiscal Sadullah Ovacikli presentó una denuncia contra él tras la publicación de un artículo, en el que el periodista aseguraba que el magistrado tiene relación con el movimiento islamista de Fetullah Gülen, que cuenta con varios millones de simpatizantes y miembros en Turquía. El propietario y redactor jefe del bimensual
Gerger Firat está encarcelado por “intentar influir en la justicia en su propio proceso”, “insultar en el marco de sus funciones al fiscal Sadullah Ovacikli” y “difamar”. Pueden condenarle a hasta diez años y medio de cárcel.
El 30 de mayo, la juez Aysegül Simsek dio seguimiento a la requisitoria del fiscal Sedat Turan, quien consideró que el periodista podría huir y presionar a los testigos que tienen que declarar ante el tribunal, y decidió seguir manteniéndole detenido.
Reporteros sin Fronteras asistió a la última vista y ha investigado el caso de Haci Bogatekin. Estas son las primeras conclusiones que ha sacado la organización.
Tres acusaciones por dos escritos
Los cargos de insulto, difamación e intento de influir en la justicia son una consecuencia de la publicación de dos artículos. En primer lugar, el 4 de enero de 2008 el periodista publicó un editorial titulado “Feto y Apo”. “Feto” es el apodo de Fethullah Gülen -líder de una de las comunidades musulmanas turcas más influyente- y “Apo” el del líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Abdullah Öcalan, condenado a cadena perpetua y detenido en la isla-prisión de Imrali (Noroeste de Turquía).
Haci Bogatekin aseguraba en él que los movimientos religiosos y los grupos kurdos rivalizan para conseguir apoyos, y que “en particular, esa lucha se extiende por las regiones kurdas de Turquía, pero también en el extranjero”. El editorial criticaba también la política del ejército que consiste, según el periodista, en “ir a combatir a los militantes del PKK en las montañas, mientras que cada vez se hace sentir más en la región la influencia creciente de la comunidad islamista de Fethullah Gülen, en beneficio del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), en el gobierno”.
El periodista acusaba igualmente al ejército turco -al que la población considera el guardián del orden laico- de abandonar las ciudades a la influencia de las comunidades religiosas: “Así es como el ejército les ha abierto la vía para que gobiernen el país. Hay motivos para preocuparse por el futuro. Es necesario que se acabe el conflicto entre el ejército y el PKK. Si no, mañana será demasiado tarde (...)”.
El 8 de enero de 2008 el fiscal Sadullah Ovacikli citó al periodista y, según Haci Bogatekin, le dijo: “Puedes decir lo que quieras de ese terrorista (Apo). Pero ¿Cómo te atreves a llamar “Feto” a nuestro Maestro Fethullah Gülen, el bien amado por millones de personas? O te excusas en el próximo número, o si no lo vas a pasar muy mal”. El periodista se negó a responder a sus preguntas. Entonces, el fiscal le acusó de haber “hecho propaganda del PKK” (art.7, párrafo 2 de la ley antiterrorista 3713) y “elogiarlo” al calificar de “patriotas de Apo” a los miembros del PKK (art. 215 del código penal), delitos que pueden condenarse respectivamente con tres y siete años y medio de cárcel. Sadullah Ovacikli pidió el encarcelamiento del periodista, decisión que ese mismo día rechazó el tribunal de policía de Gerger, y más tarde el de Malatya (prefectura de la provincia del mismo nombre, situada al norte de Adiyaman).
Por su parte, Haci Bogatekin recurrió ante el Alto Consejo de la Magistratura (HSYK), el Ministerio de Justicia y la fiscalía de Malatya, denunciando la parcialidad del fiscal.
Un movimiento islamista de lo más influyente
Para probar que Sadullah Ovacikli es un simpatizante del movimiento religioso de Fetullah Gülen, Haci Bogatekin le investigó y publicó, en abril, un artículo indicando que el sitio de Internet del fiscal (
) fue concebido por Halit Sait Altuner, una persona que mantiene relaciones con la comunidad religiosa “Nur Asya”, cercana a Fetullah Gülen.
Este predicador, exiliado en Estados Unidos desde 1999, dirige uno de los movimientos islamistas más poderosos del país. Ejerce su influencia no solo en Turquía, sino también en Asia Central y en los Balcanes, a través de una red de escuelas, instituciones financieras, medios de comunicación (entre los que se encuentran el diario Zaman y la televisión Salmanyolu), y editoriales. En Turquía contaría entre 6 y 8 millones de miembros y simpatizantes. Perseguido por crear una organización clandestina con el fin de derrocar el orden laico en el país, el 25 de junio de 2008 fue absuelto al término de una larga batalla judicial.
Haci Bogatekin fue detenido el 13 de abril de 2008, cuando bajaba del avión que le traía de Estambul, en aplicación de una orden de detención dictada el 12 de marzo en ausencia del periodista. El 30 de mayo, tras permanecer 47 días detenido, al periodista le llevaron esposado, y escoltado por gendarmes de uniforme, al Palacio de Justicia de Gerger.
El tribunal llamó a ocho testigos al banquillo; entre ellos seis funcionarios de policía, todos al servicio del fiscal querellante. Aseguraron no haber visto al periodista entrar en la oficina del fiscal, donde tuvo lugar la discusión. Haci Bogatekin declaró que el fiscal cerró la puerta del despacho antes de amenazarle. También rechazó las declaraciones de los policías, considerando lógico que testimonien a favor de su jerarquía. Finalmente se manifestó inocente y declaró: “Hace 47 días que estoy en la cárcel. Tengo 58 años y soy asmático. No quiero sufrir más”.
Prolongada la detención del periodista
Los abogados del periodista alegaron que el internamiento de su cliente, encarcelado por “el simple hecho de enviar peticiones a las autoridades” denunciando a Sadullah Ovacikli, atentaba también contra su derecho a la defensa en los demás procesos que tiene abiertos. También recordaron que reunía todas las condiciones necesarias para quedar en libertad, y que su encarcelamiento es inútil.
Sin embargo, el fiscal Sedat Turan consideró que Haci Bogatekin tiene “suerte” porque las disposiciones previstas en el código penal turco para encarcelar a un sospechoso protegen más que el artículo 5 de la Convención Europea de Derechos Humanos (CEDH). “Nuestro código penal necesita que exista una “fuerte sospecha”, mientras que la CEDH exige solo una “sospecha suficiente”, dijo.
La juez, sin embargo, aceptó los motivos esgrimidos por el fiscal, que justifican mantener detenido a Haci Bogatekin estimando que es capaz de presionar a Aydin Onat, un policía que todavía no ha declarado, huir de la justicia, esconderse o destruir pruebas.
El 30 de junio el tribunal tomará declaración a varios testigos, entre los que se encuentran el hijo del periodista, Özgür Bogatekin, y Aydin Onat. La Dirección General de Asuntos Penales del Ministerio de Justicia debería igualmente presentar un avance de la investigación efectuada sobre el fiscal Sadullah Ovacikli, como consecuencia de la denuncia presentada por el periodista. Finalmente, el tribunal deberá pronunciarse sobre la oportunidad, o no, de interrogar al fiscal.
Reporteros sin Fronteras ha sabido que el fiscal Sadullah Ovacikli, y el jefe de la gendarmería local, acaban de abrir otro proceso a Haci Bogatekin por “insultar por medio de la prensa”. Como se le acababa de comunicar el acta de acusación, el tribunal ha decidido conceder tiempo al periodista y ha aplazado el estudio del caso hasta el próximo 30 de junio.
El 30 de mayo, el tribunal examinó otros dos casos, en los que estaba implicado el periodista. El primero se refería a la denuncia presentada por un responsable religioso, tras la publicación de un artículo en el que se revelaba que el agotamiento de las donaciones recibidas por su comunidad se debía a las malversaciones económicas, que han salpicado su gestión.
El periodista está también acusado en virtud del artículo 301 del Código Penal, por un editorial anterior titulado “Turquía ha cometido un error”, publicado el 10 de marzo de 2007. Le acusan de “humillar abiertamente a la identidad turca, la República y las instituciones y órganos del Estado”, y pueden condenarle a dos años de cárcel. En ese editorial, sin firma, el periodista afirma que “el Estado ha cometido errores”. Y cita nombres de ciudades, haciendo referencia a exacciones, de las que acusa a los servicios del Estado.
Un periódico crítico
El día del juicio no acudió al Palacio de Justicia ningún reportero de los seis diarios de Adiyaman. La víspera, ninguno de los periódicos anunció que se iba a celebrar la vista.
Junto al corresponsal de Reporteros sin Fronteras y del sitio Blanet.org, solo asistieron a la audiencia representantes de algunos medios de comunicación nacionales, así como Faruk Balikçi, presidente de la Asociación de Periodistas del Este y el Sudeste de Anatolia, que acudió al lugar respondiendo a la llamada del presidente del Consejo de la Prensa Turca.
El 31 de mayo, el corresponsal de Reporteros sin Fronteras fue a Kahta, otra subprefectura de Adiyaman, para visitar a Haci Bogatekin en la cárcel. Pero no le dejaron verle. El jefe de la gendarmería encargada de la cárcel de Kahta le aseguró que los fines de semana no se puede visitar a los detenidos. El periodista comparte una celda con otros 10 internos, a 60 km. de distancia de su familia. Padre de 12 hijos, habitualmente vive en una casa muy modesta en la entrada de Gerger. Su hijo Özgür intenta que siga viva la publicación de su padre.
El bimensual de Haci Bogatekin, Gerger Firat, que es el único periódico de Gerger (unos 4.200 habitantes), tiene un tono crítico. Se ha dado la misión de luchar contra la recuperación de las organizaciones islamistas en la región y el “retroceso de los valores republicanos” En Gerger se distribuyen trescientas copias gratuitas del periódico y 2.500 entre los abonados.
¿Acoso judicial?
Haci Bogatekin ha conseguido salir absuelto de la mayoría de sus juicios. Por ejemplo, le condenaron en primera instancia a pagar una multa de 10.000 euros, por no hacer constar la fecha completa de la publicación del número del periódico correspondiente al 31 de agosto de 2004. Apeló, y la multa quedó reducida a 250 euros, porque se trataba de un simple error cometido en la imprenta.
A principios de 2005 le juzgaron por “denigrar a las fuerzas del orden”, en un artículo titulado “El Estado bandido”. Podían condenarle a tres años de cárcel, en virtud del artículo 159 del antiguo código penal. El 6 de julio de 2005 quedó absuelto porque se había introducido una enmienda en el código.
El 12 de febrero de 2005, el propio fiscal Sadullah Ovacikli pidió el sobreseimiento de una denuncia presentada contra el periodista tras la publicación de un editorial titulado “Los piojos, el cerdo y el jefe del pueblo”. El fiscal decidió que el artículo, publicado el 7 de diciembre de 2006, era de interés público y no se podía condenar. Justificó su decisión en dos sentencias de la CEDH.