Tras salir en libertad, el periodista chino ha concedido entrevistas a unos periodistas del Nanfang Dushi Bao y del Nanfang Zhoumo, que se publicaron el 14 de diciembre. En ellas, cuenta sus años en la cárcel y las condiciones en que estuvo internado. Estos son algunos extractos.
Tras salir en libertad, el periodista chino ha concedido entrevistas a unos periodistas del Nanfang Dushi Bao y del Nanfang Zhoumo, que se publicaron el 14 de diciembre. En ellas, cuenta sus años en la cárcel y las condiciones en que estuvo internado. Estos son algunos extractos.
Nanfang Zhoumo: “Durante estos ocho años en la cárcel, ¿qué contactos tuvo con su familia?”
Gao Qinrong: “El reglamento carcelario solo autoriza una visita al mes. Mi mujer no quería decirle a nuestra hija que yo estaba en la cárcel. Durante ocho años mi hija ha creído que yo estaba en el extranjero. No le telefoneé por primera vez hasta 2000 (a Gao Qinrong le detuvieron en 1998)”.
Nanfang Zhoumo: “¿Cómo eran las relaciones con los guardianes y los demás presos?”
Gao Qinrong. “Todos sentían piedad. Por ejemplo, una vez un comisario político de la cárcel me dijo que entendía mi situación gracias a los artículos en los medios de comunicación. (^S). En un primer momento me enviaron a un campo de trabajo, durante varios meses; luego trabajé en el periódico de la cárcel. En 2002 incluso recibí dos premios en la clasificación regional de periódicos carcelarios. (^S) Al principio tenía insomnio; luego me dije que más valía aceptar la situación. El origen de mis problemas no era la cárcel en sí misma. Por eso intenté trabajar bien en el periódico de la cárcel, aunque continuando con mi apelación”.
Nanfang Zhoumo: “¿Cuáles han sido sus peores experiencias en la cárcel?”
Gao Qinrong: “Estaba deprimido. Cuando vienen a inspeccionarte, las miradas de los oficiales son otros tantos insultos a la persona humana. Era deprimente. Y mi salud empeoró. Me temblaban las manos a causa del stress”.
Nanfang Zhoumo: “¿Qué sintió usted a la salida de la cárcel?”
Gao Qinrong: “Exaltación, solemnidad, rabia, tristeza. Estaba exaltado porque iba a volver a ver a mi esposa y a mi hija. El momento era solemne porque habían denunciado mi situación representantes de la Asamblea Nacional Popular, miembros del Comité Político consultivo del Partido Comunista y muchos medios de comunicación; y eso era algo que no había ocurrido nunca. Sentía rabia y tristeza volviendo a pensar en el ataque sufrido en este caso por Gao Manqiang, al que detuvieron conmigo, cuando salió de la cárcel. Es un caso que aún no se ha resuelto. (^S) Gao Manqiang estaba en la misma cárcel que yo, le agredieron a la salida y permaneció inconsciente durante 48 horas. Algunos compañeros de celda querían saber cuando iba a salir yo, para proporcionarme un casco y un chaleco antibalas. Finalmente, las autoridades judiciales decidieron acompañarme hasta mi domicilio”.
Nanfang Zhoumo: “¿Qué proyectos tiene?”
Gao Qinrong: “Conservo la esperanza de seguir siendo periodista, aunque en mi situación actual las leyes me lo prohíben. Querría escribir un libro contando mi experiencia, una especie de ensayo largo. También he pensado en escribir el guión de una película, a partir de mi experiencia en la cárcel”.
Nanfang Zhoumo: “¿Se está adaptando a su salida de la cárcel?”
Gao Qinrong: “En la cárcel seguí leyendo la prensa y aprendí a usar un ordenador. Cuando salí comprendí rápidamente que la sociedad había cambiado mucho. Necesito entender esta nueva sociedad. La libertad es una suerte. Eso es algo que siento profundamente”.
Entrevistado por un reportero del Nanfang Dushi Ribao, Gao Qinrong explicó que el director de la cárcel le había incitado a “escribir una confesión”. Pero Gao Qinrong se negó a satisfacer su petición, a cambio de una reducción de condena. “Quise defender mi dignidad. Soy una persona honesta y franca, tanto en la cárcel como en libertad”, declaró.
Nanfang Dushi Ribao: “Cuando escribió el informe ¿era consciente de la polvareda que iba a levantar?”
Gao Qinrong: “No, en absoluto. Al principio lo hice por instinto. Había descubierto algo que era necesario que yo revelara. No lo hice en contra de nadie en particular, quería simplemente que se excusaran. Solo soy un escritor idealista que cree que el mundo es bueno y perfecto. No quería hacer el mal y por eso no se me puede reprochar nada”.
Para leer en inglés la totalidad de las entrevistas:
http://www.zonaeuropa.com/20061217_1.htm
http://www.zonaeuropa.com/20061218_1.htm
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11.12.2006
En libertad el periodista Gao Qinrong cinco años antes de finalizar la condena inicial
Reporteros sin Fronteras quiere manifestar el inmenso alivio que le ha producido la liberación anticipada del periodista Gao Qinrong, condenado en 1999 a trece años de cárcel por denunciar un escándalo de corrupción, en el que estaban implicados altos responsables de la región de Shanxi.
“Gao Qinrong, injustamente condenado a una grave pena de cárcel, ha pagado muy caro su trabajo periodístico sobre la corrupción que gangrena a China Popular. Nos alegramos de que haya salido en libertad, pero es importante recordar que el periodista ha pasado ocho años de su vida en la cárcel, y que otros 31 periodistas se encuentran actualmente detenidos por querer informar libremente a la población”, ha manifestado la organización.
Preguntado por teléfono por Reporteros sin Fronteras, Gao Qinrong ha confirmado que salió en libertad el 7 de diciembre de 2006, a las 15 horas, de la cárcel Nº 1 de Qixian (provincia de Shanxi, al sudoeste de Pekín). En libertad cinco años antes del final de la condena inicial, al periodista le han aplicado una tercera reducción de condena, por su “buena conducta” en la cárcel. “Mi salud no es muy mala. Ahora tengo que descansar en mi casa, pero pienso también recurrir a la justicia para que me declaren inocente”, ha explicado desde su domicilio de Taiyuan (provincia de Shaxi).
Gao Qinrong ha dicho que está muy preocupado por las amenazas de personas a las que implicó en sus investigaciones. En efecto, a uno de los que le acusaron junto a él le dieron una paliza los secuaces de un oficial, el mismo día de su liberación, en 2003. Gao Qinrong ha conseguido de la policía, y de las autoridades penitenciarias, que le llevaran a su domicilio en un vehículo oficial, y poder disponer de protección.
Los allegados, y los antiguos colegas del periodista, le han advertido que sea prudente por temor a que algunos ex oficiales sigan intentado vengarse de sus artículos, publicados en los medios de comunicación en 1998.
Gao Qinerong, que ahora tiene 51 años, ha aplaudido el apoyo de periodistas, medios de comunicación y Reporteros sin Fronteras, que le han defendido y apoyado durante los largos años de su detención. Varios países occidentales habían escrito su nombre en la lista de los presos de opinión cuya libertad pedían.
Gao Qinrong, corresponsal de la agencia oficial Xinhua, fue detenido el 4 de diciembre de 1998, tras denunciar un escándalo de corrupción relacionado con un proyecto de irrigación en la provincia de Shanxi. El 28 de abril de 1999 le condenaron a trece años de cárcel por “corrupción” y “proxenetismo”. En tres ocasiones, en 2002, 2004 y 2006, el periodista ha conseguido reducciones de condena.