El 6 de julio, la justicia norteamericana ordenó la detención de Judith Miller (foto), condenada por proteger sus fuentes. Reporteros sin Fronteras lamenta un "día sombrío para la libertad de prensa" y una "muy mala señal", enviada por Estados Unidos a otros países.
Reporteros sin Fronteras recibe con tristeza y preocupación la noticia de la detención, el 6 de julio de 2005, de Judith Miller, del New York Times. La periodista fue condenada a 18 meses de cárcel, por negarse a revelar sus fuentes. Matthew Cooper, del Time, ha conseguido escapar a la cárcel tras aceptar revelar la identidad de su fuente, de acuerdo con ella.
"Hoy es un día sombrío para la libertad de prensa, en Estados Unidos y en el mundo. Esta sentencia inédita, absurda y desproporcionada, contra una periodista que no ha hecho otra cosa que respetar una prerrogativa profesional, constituye una violación del derecho internacional, un peligroso precedente y una muy mala señal, enviada por Estados Unidos al resto del mundo. Estados Unidos, en tanto que miembro de la Organización de Estados Americanos, tiene que respetar los textos aprobados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, cuya declaración de principios sobre la libertad de expresión establece claramente que "todo periodista tiene derecho a la no divulgación de sus fuentes informativas (artículo 8)", ha declarado Reporteros sin Fronteras.
Judith Miller y Matthew Cooper habían sido condenados dos veces, por un tribunal federal de apelación, a 18 meses de cárcel, por "desacato al tribunal", al negarse a facilitar sus fuentes en el caso de Valerie Plame, del nombre de una agente de la CIA cuya identidad fue revelada en la prensa, en 2003. El 27 de junio, el Tribunal Supremo se inhibió en su caso, último recurso para evitar la sentencia. El 29 de junio, el juez federal Thomas F. Hogan dio a los periodistas un plazo de una semana, para que confesaran el nombre de sus informadores.
La revista Time aceptó inmediatamente entregar a la justicia -contra la voluntad del interesado-los documentos, notas y grabaciones recogidas por Matthew Cooper durante su investigación sobre el caso Plame. Una propuesta considerada insuficiente por el juez federal Patrick Fitzgerald quién, en una audiencia del 5 de julio, exigió que fueran los propios periodistas quienes revelaran sus fuentes.
En la misma audiencia, el fiscal también rechazó la petición del New York Times y de Time, de sustituir la pena de cárcel por la de arresto domiciliario.
Del 9 de diciembre de 2004 al 9 de abril de 2005, Jim Taricani, del canal WJAR-TV (una filial de la NBC), estuvo confinado en su casa por el mismo motivo, con la prohibición de conceder entrevistas y utilizar Internet.