Reporteros Sin Fronteras se congratula de la liberación, por buena conducta, de Grigory Pasko, ex corresponsal del periódico militar Boevaya Vakhta. El periodista recibió, en diciembre pasado, el premio Reporteros Sin Fronteras - Fundación de Francia. Fue condenado a cuatro años de cárcel, por haber denunciado el vertido de residuos radiactivos líquidos, en el Mar de Japón.
Según uno de los abogados de Grigory Pasko, Jon Gauslaa, de la organización ecologista noruega Bellona, el procurador de la ciudad de Ussuriisk y la administración de la colonia penitenciaria donde estuvo detenido el periodista, se oponen a su puesta en libertad por buena conducta. La fiscalía local puede apelar su liberación hasta el 30 de enero. Sin embargo, un responsable de la fiscalía general de Moscú declaró que no hay ninguna razón para protestar por esta liberación. Grigory Pasko debería trasladarse la próxima semana a Moscú. Continuará luchando para conseguir su rehabilitación.
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Reporteros Sin Fronteras se congratula de la liberación, el 23 de enero de 2003, de Grigory Pasko, periodista de la revista ecológica Ekologiya i pravo, y ex corresponsal del periódico militar Boevaya Vakhta. El tribunal de Ussuriisk (Extremo Oriente) concedió al periodista una remisión de pena por buena conducta, a la que tiene derecho cualquier preso cuando ha cumplido los dos tercios de su condena. Su libertad condicional efectiva debería producirse en las próximas horas. Grigory Pasko permanecerá en libertad condicional durante 16 meses. El pasado 10 de diciembre, el periodista recibió el premio Reporteros Sin Fronteras - Fundación de Francia, por su lucha contra la censura.
"Esta liberación es la primera noticia buena que nos llega de Rusia, desde hace mucho tiempo, en materia de libertad de prensa", manifestó Robert Ménard, secretario general de Reporteros Sin Fronteras. "La contaminación nuclear provocada por la flota militar rusa era una apuesta demasiado grave como para que Moscú dejara que los medios de comunicación hablaran demasiado de ella. Más que de ocuparse de la amenaza ecológica que preocupa a los vecinos de Rusia se trataba, ante todo, de silenciar a la prensa. El encarcelamiento de Grigory Pasko era un aviso para todos los periodistas que se atreven a cuestionar al ejército o al poder", concluyó Robert Ménard.
Encarcelado anteriormente durante veinte meses, entre 1997 y 1999, incluso antes de ser juzgado, Grigory Pasko fue condenado, en 2001, a cuatro años de cárcel, y posteriormente detenido de nuevo por haber denunciado el vertido de residuos radiactivos en el Mar de Japón, por parte del ejército ruso.
Una condena por "espionaje" y "alta traición"
Grigory Pasko había investigado durante mucho tiempo y escrito centenares de artículos sobre la contaminación provocada por el práctico abandono de algunos submarinos nucleares del ejército ruso, con la complicidad del FSB (ex KGB). Publicó algunas imágenes del vertido de residuos radiactivos líquidos en el Mar del Japón, por parte de la flota rusa. Esas imágenes, filmadas mientras era corresponsal del periódico militar Boevaya Vakhta, y emitidas por la televisión japonesa NHK, suscitaron vivas reacciones internacionales. Calificadas como "espionaje" y "alta traición" por el FSB, le valieron una condena, en 2001, del tribunal militar de Vladivostok. En junio de 2002, en Moscú, el Tribunal Supremo confirmó la condena de cuatro años de cárcel.
Grigory Pasko ha estado detenido en condiciones muy difíciles. Internado en la casa de detención de Vladivostok, entre diciembre de 2001 y septiembre de 2002, en una celda aislada, fría, sin luz ni electricidad, el periodista enfermó. El 10 de septiembre de 2002 fue trasladado a una colonia penitenciaria, donde trabajaba en un taller de carpintería. Continuaba escribiendo clandestinamente para una revista ecológica, Ekologiya i pravo, y ayudada a sus compañeros de detención a defenderse jurídicamente. Su mujer sólo tenía derecho a verle y telefonearle una vez cada tres meses.
A Grigory Pasko le fue concedido el premio Reporteros Sin Fronteras - Fundación de Francia 2002, y lo recogió su esposa, Galina Morozova, el martes 10 de diciembre de 2002. Grigory Pasko era uno de los 113 periodistas encarcelados en el mundo, simplemente por haber querido cumplir con su trabajo. En el marco de los apadrinamientos iniciados por Reporteros Sin Fronteras, le apoyaban varios medios de comunicación internacionales ( M6, LCI, Le Nouvel Observateur, France Soir, RFI, Radio classique, France Culture, Phosphore, Le télégramme de Brest et de l'Ouest, el Club de Prensa de Limousin, Essex chronicle, Le Courrier, RTBF - Frecuencia Wallonia y la Casa de la Prensa de Mons).
Vladimir Putin se hace con los medios de comunicación.
Reporteros Sin Fronteras recuerda que la decisión del Tribunal Supremo de confirmar la condena de prisión incondicional para Grigory Pasko se produjo en un contexto general en el que Vladimir Putin se está haciendo con los medios de comunicación. Después de la toma de rehenes en un teatro de Moscú, la Duma aprobó una enmienda a la ley antiterrorista, que restringía considerablemente la libertad de los medios de comunicación en el país, y que hacía presagiar un endurecimiento de la censura que, desde hace muchos años, rodea al conflicto checheno. Bajo presión internacional, el presidente ruso finalmente opuso su veto al texto, pidiendo a los parlamentarios que volvieran a formularlo. Varios medios de comunicación rusos fueron sancionados por su cobertura de la toma de rehenes en Moscú y las autoridades rusas atacaron también a los medios extranjeros, por su tratamiento de la guerra de Chechenia y de las "operaciones antiterroristas".