El ministro de Exteriores francés visita Teherán: RSF pide que abogue por los periodistas detenidos

Reporteros Sin Fronteras (RSF) recuerda al ministro de Asuntos Exteriores francés, Jean-Marc Ayrault, quien visitará próximamente Teherán, el lamentable nivel de la libertad de prensa en Irán y le pide que interceda personalmente ante las autoridades iraníes por los periodistas presos en el país.

Con un sector mediático sometido a un estrecho control del régimen islámico, Irán lleva a cabo una persecución sin tregua contra periodistas independientes, periodistas ciudadanos y medios de comunicación. Los trabajadores de los medios se ven constantemente expuestos a intimidaciones, detenciones arbitrarias y largas condenas de prisión impuestas por los tribunales revolucionarios tras juicios injustos.


Desde el 29 de julio de 2015, fecha de la histórica visita a Irán de Laurent Fabius, predecesor de Ayrault en el Ministerio francés de Exteriores, RSF ha contabilizado más de 100 casos de periodistas convocados por las autoridades iraníes, amenazados y, a menudo, encarcelados.


En las 37 detenciones de periodistas registradas por Reporteros Sin Fronteras desde esa fecha, 17 de los periodistas fueron puestos en libertad a la espera de juicio después de pagar fianzas exorbitantes; seis quedaron en libertad tras cumplir una sentencia de cárcel de un año; una docena sigue en prisión después ser condenados a penas que oscilan entre los tres y los diez años de cárcel, y dos periodistas llevan un mes detenidas lugares desconocidos sin que se hayan formulado cargos contra ellas.


La Justicia iraní no se contenta con encarcelar a los periodistas, sino que a menudo les impone penas inhumanas y medievales. En el espacio de un año, al menos cuatro periodistas fueron condenados a recibir latigazos: 233 para el cineasta y periodista Kaivan Karimi; 459 para el periodista Mohammad Reza Fathi y 40 para el director del diario digital Shahrood News, Mostafa Sharif.


A ninguno de los tres se le ha administrado aún su sentencia, pero Hossein Movahedi, periodista del diario digital Najafabad News condenado por publicar "información falsa", recibió el 4 de enero los 40 latigazos a los que había sido sentenciado.


Los periodistas detenidos recurren a menudo a soluciones extremas con el fin de cuestionar la legalidad de su detención y para protestar contra las condiciones de reclusión. Al menos diez periodistas que estaban enfermos y no recibían atención médica se declararon en huelga de hambre en 2016 para exigir tratamientos adecuados.


Tres fueron puestos en libertad, pero los demás siguen recluidos. Es el caso de Mohammad Sedegh Kabodvand , director del hoy cerrado periódico Payam-e-e mardom Kurdestan ; de Narges Mohammadi, periodista y portavoz del Centro de defensores de derechos humanos en Irán, y apadrinada por periodistas españoles en el marco de la campaña de apoyo a encarcelados de RSF España; de Roya Saberi Negad Nobakht, periodista ciudadano con doble nacionalidad británica e iraní; de Afarin Chitsaz, periodista del diario Iran, o de Ehssan Mazndarani , director del diario Farhikhteghan.


Todos ellos podrían reanudar sus huelgas de hambre en cualquier momento. Issa Saharkhiz, célebre periodista independiente y ex director de varios periódicos reformistas ahora cerrados, comenzó el 14 de enero su tercera huelga de hambre en el espacio de un año como protesta por las condiciones de su detención. Actualmente está hospitalizado después de sufrir un ataque al corazón.


Los presos de conciencia corren peligro de muerte en Irán. “No les queda otra que poner su vida en peligro con el fin de impugnar la legalidad de su detención”, dice Asma Jahangir, abogada paquistaní de derechos humanos que recientemente asumió el cargo de relatora especial de la ONU para los derechos humanos en Irán.


El gobierno de la República Islámica no permite visitas a Irán del relator especial de la ONU desde mayo de 2011. El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos Zeid Ra'ad Al Hussein ha condenado recientemente esta negativa a cooperar con el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.


RSF pide Ayrault que aproveche sus reuniones con autoridades iraníes para abordar personalmente el asunto de la libertad de prensa y el destino de todos los periodistas y periodistas ciudadanos detenidos en condiciones deplorables. RSF teme por la supervivencia de varios periodistas presos cuya salud física y psicológica está muy deteriorada.


Reporteros Sin Fronteras cree que el ministro de Asuntos Exteriores francés también debería utilizar esta visita para recordar a las autoridades iraníes que tienen el deber de respetar las leyes y reglamentos que ellos mismos promulgan[*], así como las normas internacionales [**] establecidas en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que Irán ha ratificado.


RSF también señala al gobierno francés que un acercamiento con Teherán que no incida en la necesidad de respetar la libertad de información y otros derechos fundamentales únicamente reforzará el uso de métodos represivos desproporcionados en contra una sociedad civil en busca de libertad.


Clasificado en el puesto 169, entre 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2016 de Reporteros Sin Fronteras, Irán es una de los cinco mayores cárceles del mundo para los medios de comunicación, con un total de 27 periodistas y periodistas ciudadanos actualmente detenidos.


[*] Según la normativa carcelaria de Irán, aprobada por el órgano judicial que supervisa el sistema penitenciario, se supone que los funcionarios de prisiones deben proporcionar a los detenidos cualquier tipo de atención médica que necesiten. Los artículos 102 y 103 del reglamento dice que " son obligatorios los controles médicos mensuales en la clínica de la prisión" y que "si es necesario, el detenido debe ser trasladado de urgencia desde la prisión al hospital". Esta normativa establece también que el juez a cargo del caso es responsable de la salud y la seguridad de cualquier preso con una enfermedad grave e incurable.


[**] El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, firmado por Irán, establece que privar a los detenidos de asistencia médica constituye una violación de la prohibición de la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes.


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Updated on 30.01.2017