Reporteros sin Fronteras y la Burma Media Association han denunciado la actitud criminal de las autoridades que se negaron a poner en libertad y a prestar asistencia médica al periodista y disidente Win Tin, encarcelado desde hace13 años. El más famoso de los periodistas birmanos padece dolores hemorroidales y una infección urinaria, que le causó problemas de próstata anteriormente.
"En marzo de 2002, expresamos nuestro temor por el hecho de que el traslado a prisión del periodista Win Tin tras varias semanas en el hospital pusiera su vida en peligro. Hoy, constatamos con espanto que la actitud criminal de su gobierno con respecto a los presos políticos hace temer lo peor para uno de los más conocidos de ellos " declaran los responsables de Reporteros sin Fronteras y Burma Media Association en una carta dirigida al ministro del Interior birmano, el Coronel Tin Hlaing. Ambas organizaciones han anunciado su preocupación por la rápida degradación de la salud de Win Tin. Asimismo, han solicitado su liberación y traslado cuanto antes al hospital y se han ofrecido a pagar los gastos de hospitalización. "Durante sus trece años de encarcelamiento, las autoridades nunca han mostrado ninguna compasión hacia Win Tin, de 72 años de edad. Este tipo de negligencia voluntaria ya ha costado la vida a varios periodistas" ha declarado Robert Ménard, secretario general de Reporteros sin Fronteras. U Thaung, presidente de BMA, añade: "La liberación d'U Win Tin podría mejorar sensiblemente la imagen del régimen militar."
Según varias fuentes contactadas por Reporteros sin Fronteras, la salud del Win Tin empezó a degradarse a principios de julio de 2002. En ese momento, empezó a sentir dolores hemorroidales y se reprodujo una antigua infección urinaria, que le provocó problemas de próstata. Cuando fue examinado por un médico durante la segunda semana de julio ya estaba débil. No obstante, pidió al médico que le tratase con los medicamentos más baratos para no preocupar al amigo que le visita a diario desde hace diez años ya que sabe que éste no dispone de medios para pagar un tratamiento caro. Sin embargo, uno de los guardas de la cárcel, que ha entablado amistad con Win Tin y asistió a la escena, avisó al amigo del periodista. "Es un hombre de hierro y nunca muestra ningún signo de depresión, pero esta vez estoy muy preocupado por su salud", declaró el guarda.
Los trece años de encarcelamiento de Win Tin se han visto marcados por graves problemas de salud y constantes desplazamientos de su celda al hospital de la prisión. El periodista ha sufrido dos ataques al corazón, ha sido operado de una hernia y ha padecido hipertensión arterial, diabetes e inflamación de las vértebras. El pasado 20 de mayo, tras varios meses en el hospital de Rangún, Win Tin volvía a su celda, la celda n°10, de la cárcel de Insein.