El Consejo Superior de Comunicación ordenó, el 25 de septiembre de 2003, la suspensión de diez radios privadas del país. Reporteros sin Fronteras está indignada con la decisión, digna de un régimen liberticida, y pide a las autoridades que recuerden su compromiso en favor de la libertad de prensa.
El Consejo Superior de Comunicación (CSC) ordenó a diez radios privadas del país que suspendieran su programación, a partir del 25 de septiembre de 2003.
Reporteros sin Fronteras está indignada con esta decisión, digna de un régimen liberticida. "¿Qué ocurre actualmente en Níger? ¡Un periodista lleva quince días encarcelado y hay diez radios suspendidas! Las autoridades tienen que dar marcha atrás a cualquier precio y recordar su compromiso en favor de la libertad de prensa", ha manifestado Robert Ménard, secretario general de la organización, en un comunicado dirigido al gobierno nigerino. Reporteros sin Fronteras ha pedido a las autoridades que anulen las medidas de suspensión y liberen lo antes posible a Ibrahim Souley, director de publicación de L'Enquêteur, detenido desde el 13 de septiembre.
Según las informaciones recogidas por la organización, el CSC anuló el 25 de septiembre las autorizaciones de explotación de diez radios privadas. Según el órgano de regulación, esas autorizaciones eran "nulas, y de efecto nulo, por falta de conformidad con la reglamentación en vigor". Actualmente el CSC atraviesa una grave crisis y sus miembros no están de acuerdo con algunas decisiones tomadas por el equipo anterior. Entre las radios suspendidas figuran Horizon FM, Sahara FM, Saraounia FM y Radio Madiana.
El total de las emisoras afectadas han decidido no acatar la decisión del CSC, y continuar emitiendo.
Por otra parte, Reporteros sin Fronteras recuerda que Ibrahim Souly, director de publicación del semanario L'Enquêteur, fue conducido a la prisión central de Niamey, el 16 de septiembre de 2003. Se le acusa de haber denunciado malversaciones en la concesión de algunos mercados públicos. La Fiscalía, que fue quien le denunció, no está de acuerdo con la publicación de un artículo, en el número 169 de L'Enquêteur, que acusaba al régimen de haber contribuido al rápido enriquecimiento de Djibo Zakou, un conocido empresario de Níger. El semanario daba cuenta del descontento de algunos inversores del este del país, a propósito de la concesión de "jugosos mercados" a Djibo Zakou, natural del oeste nigerino.