Reporteros sin Fronteras está profundamente escandalizada por la condena de tres periodistas a dos años y medio de cárcel, a los que han juzgado junto a otros nueve activistas demócratas.“Esas voces independientes, amordazadas por una justicia a las órdenes, necesitan el apoyo de todos cuantos se sienten comprometidos con la libertad de pensar y publicar”, ha declarado la organización.
Reporteros sin Fronteras está profundamente escandalizada por la condena de tres periodistas sirios a dos años y medio de cárcel, a los que han juzgado junto a otros nueve activistas demócratas, miembros todos ellos del Consejo Nacional de la Declaración de Damasco. La organización pide a la comunidad internacional, y especialmente a la Unión Europea cuya presidencia tiene actualmente Francia, que se preocupe más por la suerte de los presos de opinión en Siria.
“Aunque esta vergonzosa condena era previsible, a la vista del catastrófico balance del Estado sirio en materia de derechos humanos, no por ello resulta menos sorprendente. La comunidad internacional no puede seguir tratando con un régimen que se ensaña tan brutalmente con sus periodistas, y su sociedad civil. Esas voces independientes, amordazadas por una justicia a las órdenes, necesitan el apoyo de todos cuantos se sienten comprometidos con la libertad de pensar y publicar”, ha declarado la organización.
El 29 de octubre de 2008, el presidente del tribunal de lo criminal de Damasco dictó la condena a dos años y medio de cárcel para doce acusados, miembros de la Declaración de Damasco. Al escuchar la sentencia Fida'a Al-Horani, médico, Alí Abdallah, periodista, Akram Al-Bounni, periodista, Riyad Seif, ex diputado e industrial, Fayez Sara, periodista, Ahmad Taama, médico, Jbar Al-Shoufi, funcionario, Walid Al-Bounni, médico, Yasser Al-Iti, médico, Mohammed Hajji Darwish, funcionario, Marwane Al-Aach, ingeniero y Tala Abu-Dan, pintor y escultor, se cogieron de la mano en señal de solidaridad, y gritaron eslóganes a favor de la democracia. Sus abogados disponen de treinta días para recurrir en casación. El letrado Khalil Maatouk, miembro de su comité de defensa, ha denunciado “un proceso político”.
Firmada en octubre de 2005 por representantes de la oposición y personalidades de la sociedad civil, la Declaración de Damasco es un llamamiento al cambio basado en la libertad política, el respeto de las minorías étnicas y religiosas, la separación de poderes y la libertad de expresión. El 1 de diciembre de 2007, más de 160 miembros del Consejo Nacional de la Declaración de Damasco se reunieron en la capital siria para elegir un secretario general, y reafirmar su compromiso en favor de la reforma democrática al final de un “proceso pacífico y progresivo”. En diciembre de 2007, y hasta comienzos del año 2008, detuvieron sucesivamente a cerca de cuarenta de sus miembros. A doce de ellos les llevaron ante la justicia por “publicar informaciones falsas con el objetivo de atentar contra el Estado”, “pertenencia a una organización secreta tendente a desestabilizar al Estado” e “incitación al odio racial y al confesionalismo”.
Siria es hoy la segundar mayor cárcel de Oriente Medio para los profesionales de los medios de comunicación, después de Irán. Actualmente hay encarcelados cuatro periodistas y cinco ciberdisidentes.
Siria ocupa el lugar 159, entre 173, en la clasificación mundial de la libertad de prensa, publicada por Reporteros sin Fronteras el 22 de octubre de 2008.
Reporteros sin Fronteras pone a la disposición de las redacciones un documento sintético, ilustrado con una caricatura del dibujante argelino Alí Dilem, sobre los detenidos de la Declaración de Damasco.
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Tres periodista bajo la férula judicial
El 29 de octubre de 2008, doce demócratas sirios tienen que conocer la sentencia del proceso que les enfrenta al poder. Denunciados por "publicar informaciones falsas con el objetivo de atentar contra el Estado", "pertenencia a una organización secreta tendente a desestabilizar al Estado" e "incitación al odio racial y al confesionalismo", pueden condenarles a hasta diez años de cárcel.
Miembros del Consejo Nacional de la Declaración de Damasco, los doce acusados están encarcelados, desde diciembre de 2007, en la prisión de Adra (norte de Damasco), con excepción de Fida'a Al-Horani, detenida en la cárcel de mujeres de Douma. No tienen ninguna posibilidad de salir en libertad, al final del juicio. Su suerte quedó echada el día que les detuvieron. En Siria, los procedimientos judiciales no son más que simples formalidades para el régimen, y el aparato de seguridad en que se apoya.
Firmada en octubre de 2005 por representantes de la oposición y personalidades de la sociedad civil, la Declaración de Damasco es un llamamiento al cambio, basado en la libertad política, el respeto de las minorías étnicas y religiosas, la separación de poderes y la libertad de expresión.
El 1 de diciembre de 2007, más de 160 miembros del Consejo Nacional de la Declaración de Damasco se encontraban reunidos en la capital siria para elegir un secretario general, y reafirmar su compromiso en favor de la reforma democrática al final de un « proceso pacífico y progresivo ». Doce de ellos se enfrentan ahora a la justicia. El juicio comenzó el 30 de julio de 2008.
Entre los acusados, tres periodistas independientes, militantes de los derechos humanos, se sientan en el banquillo.
Ali Abdallah, de 58 años, fue detenido el 17 de diciembre de 2007. En la primera vista del juicio apareció debilitado, con señales de haber sufrido sevicias corporales en la cárcel. El periodista tiene pérdida auditiva en el oído izquierdo pero no le han permitido consultar a un especialista.
Fayez Sara, de 58 años, colaborador de varias publicaciones en lengua árabe - Assafir, Al-Hayat y también Al-Arab Al-Yom - fue encarcelado el 3 de enero de 2007, por haber participado en el Consejo Nacional de la Declaración de Damasco y denunciado, en televisiones por satélite, la oleada de detenciones que sufrieron sus colegas.
Akram Al-Bounni, de 51 años, escritor y editorialista, fue encarcelado el 12 de diciembre de 2007. Militante ferviente de los derechos humanos, este periodista ha denunciado frecuentemente en sus escritos, aparecidos en la prensa en lengua árabe, la arbitrariedad del régimen sirio.