El 25 de septiembre, un tribunal de Tashkent redujo la condena del periodista y defensor de los derechos humanos Ruslan Sharipov, de cinco y medio a cuatro años y medio de cárcel. Reporteros sin Fronteras pide su inmediata liberación y la apertura de una investigación, sobre las violencias padecidas durante su detención.
El 25 de septiembre, un tribunal de Tashkent redujo la condena del periodista y defensor de los derechos humanos Ruslan Sharipov, de cinco y medio a cuatro años y medio de cárcel por homosexualidad (art-120) y relaciones sexuales con un menor (art. 128), retirando la acusación de incitación a menores a un comportamiento antisocial (art. 127). El periodista va a recurrir ante el Tribunal Supremo. Llegó a la vista herido en la cara.
"Esta nueva condena es escandalosa, y el proceso inicuo. Desde hace varios años, Ruslan Sharipov está recibiendo muchas presiones, que pretenden hacerle abandonar sus actividades de defensor de los derechos humanos e impedir que critique a las autoridades en sus artículos. Esos precedentes, unidos a las presiones que le obligaron a declararse culpable, a la agresión de su abogado el 28 de agosto y a las violaciones de los derechos de la defensa, inducen a pensar que el proceso tenía un único objetivo: acallar a una de las voces disidentes más virulentas del país", ha declarado Robert Ménard, secretario general de la organización. "Cada día que pasa en la cárcel, el periodista se expone a nuevos peligros de torturas y amenazas. Ruslan Sharipov debe quedar inmediatamente en libertad, y se tiene que abrir una investigación sobre la violencia padecida durante su detención, y sobre las violaciones del derecho de la defensa", ha añadido.
En el juicio a puerta cerrada, en el que se negó la entrada a varios observadores (periodistas, defensores de los derechos humanos, representantes de embajadas occidentales), el periodista apareció herido en la cara. Los oficiales atribuyeron la herida a un accidente de carretera, en el que fue el único afectado. El juez, Shaygiaz Sharakhmetov, se negó a retrasar la vista, a pesar de que el estado de Ruslan Sharipov requería cuidados médicos. Ese juez ya denegó el 23 de septiembre la libertad bajo fianza, cuando la defensa se quejó de que no podía preparar la apelación en condiciones normales.
El 5 de septiembre Ruslan Sharipov dirigió un correo al Secretario General de Naciones Unidas, Kofi Annan, en el que le explicaba que se había visto obligado a declararse culpable en primera instancia tras haber padecido torturas físicas y psíquicas, que le habían amenazado de muerte y obligado a firmar una carta falsa de despedida, destinada a demostrar que se había suicidado voluntariamente, para el caso de que falleciera en la cárcel. En su correo, el periodista señala que algunos miembros del Ministerio del Interior le amenazaron también con agredir físicamente a sus abogados, si no renunciaba a que le representaran. En efecto, el 28 de agosto cuatro desconocidos agredieron violentamente a Surta Ikramov, defensor de los derechos humanos encargado de la defensa jurídica del periodista, cuando regresaba de entrevistarse con el juez encargado del caso, en la víspera de una manifestación a favor del periodista.
Ex presidente de la organización de defensa de la libertad de prensa UIJU (Unión de Periodistas de Uzbekistán) y corresponsal de la agencia de prensa rusa Prima, Ruslan Sharipov fue detenido el 26 de mayo de 2003. El 8 de agosto, al periodista le obligaron a declararse culpable y a pedir perdón al presidente Karimov por sus artículos, en los que criticaba a las autoridades, y renunció a la defensa de su abogado. Tras esa confesión forzada, el tribunal del distrito de Mirzo Ulug-Beg, en Tashkent, le condenó a cinco años y medio de cárcel, el 23 de agosto.
El 27 de mayo, el periodista, que nunca ha negado su bisexualidad, le dijo a Vasilya Inoyatova, presidenta de la sociedad de derechos humanos de Uzbekistán "E'zguilik", que no conocía a las presuntas víctimas, que fueron detenidas el 26 de mayo, durante tres o cuatro días. Según la defensa de Ruslan Sharipov, la policía golpeó y amenazó a los adolescentes para convencerles de comparecer ante el tribunal. De hecho, el proceso se retrasó en varias ocasiones, debido a que no comparecieron.