Colombia: preocupante ola de intimidaciones contra periodistas tras la publicación de un reportaje sobre el ejército
Después de que The New York Times publicó un reportaje que compromete al ejército colombiano, dos periodistas del diario salieron del país y a Daniel Coronell, de la revista Semana, le retiraron su columna.
Reporteros sin Fronteras (RSF) denuncia un ambiente nocivo para el periodismo en Colombia, pide a las autoridades que respeten el trabajo de la prensa e invita a los medios a mantener su compromiso con la verdad.
El 18 de mayo de 2019 The New York Times (NYT) publicó un reportaje que revelaba que el comandante del ejército de Colombia, Nicacio Martínez, había ordenado a sus tropas que duplicaran la cantidad de criminales y rebeldes que matan, capturan u obligan a rendirse en batalla, admitiendo un probable aumento de bajas civiles en este proceso. Estas revelaciones, que se basan en órdenes escritas y entrevistas a altos oficiales, desencadenaron agresivas declaraciones de políticos y amenazas contra el periodista del diario Nicholas Casey y Federico Rios, fotógrafo independiente que colabora con NYT en Colombia.
El Ministro de Defensa, Guillermo Botero, señaló de inmediato que el informe periodístico del diario estadounidense estaba lleno de señalamientos "sin el debido sustento". Numerosos políticos siguieron rápidamente esta línea, como los senadores Álvaro Uribe Vélez, expresidente de la República, y María Fernanda Cabal, quien insinuó en Twitter, que al autor del texto le habrían pagado por escribirlo y que tenía relaciones cercanas con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Estas agresivas reacciones, que tuvieron gran eco en las redes sociales, estuvieron plagadas de insultos y amenazas contra Nicholas Casey y Federico Rios, lo que obligó a los dos reporteros a dejar el país el 19 de mayo para preservar su seguridad.
Tras estos ataques que cuestionan el serio trabajo de NYT, el 24 de mayo el gobierno colombiano creó una comisión independiente para que analizara las órdenes e instrucciones dadas por el ejército. Así, el 28 de mayo de 2019 la Procuraduría General de Justicia abrió una investigación preliminar contra Nicacio Martínez y el 29 de mayo el ejército de Colombia anunció que modificaría las instrucciones dadas a las tropas.
“Este caso muestra las grandes dificultades que enfrenta la prensa para abordar ciertos temas de interés público comprometedores para la clase política y las autoridades colombianas”, señaló Emmanuel Colombié, director del Despacho América Latina de RSF. “Las declaraciones que estigmatizan a los periodistas, así como intentos de intimidación registrados tras la publicación de este texto, son inaceptables e indignas, constituyen una grave amenaza para la libertad de prensa en Colombia. El presidente del país, Iván Duque Márquez, y su gobierno, deben fomentar el desarrollo de una prensa independiente, base esencial de toda democracia digna de ese nombre”, añadió.
Este caso también provocó conmoción entre la prensa colombiana; una parte de ella ya poseía la información revelada por NYT. Daniel Coronell, reconocido periodista y columnista, cuestionó en una columna publicada en la revista Semana el 26 de mayo pasado el hecho de que este semanario ya conocía la información revelada por NYT desde febrero pasado, pero que había decidido no publicarla. Poco después de que Daniel Coronell publicó su columna fue despedido sin una verdadera explicación, tras más de 19 años de colaboración con Semana. Daniel Coronell, contactado por RSF, señaló que “el gobierno quiso matar la historia de los peligrosos instructivos militares sin esperar que los resucitara en NYT”. También lamentó que: “la autocensura sea una práctica cotidiana en muchas salas de redacción en Colombia".
Colombia se encuentra en el lugar 130, entre 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa publicada por RSF en 2019.