China: RSF urge a las democracias a resistir al "nuevo orden mundial de medios" de China
Con motivo del 30 aniversario de la masacre de Tiananmen, Reporteros sin Fronteras advierte a las democracias del mundo contra el peligro de sistema chino de control de medios, que amenaza a las libertades periodísticas, y contra los intentos de satisfacer a Beijing, que pueden ser fatales para aquellos que aprecian la libertad.
En un informe publicado en marzo, Reporteros sin Fronteras ya advirtió en detalle de la estrategia utilizada por las autoridades chinas para controlar a los medios internacionales, un proyecto que amenaza a la libertad de prensa en todo el mundo.
"Bajo el punto de vista de Beijing el papel de los periodistas es el de transmitir la propaganda del Estado y no cuestionar lo que hace el gobierno", advirtió el secretario general de Reporteros sin Fronteras, Christophe Deloire. "Si las democracias no resisten, Beijing terminará imponiendo su alternativa, un modelo no democrático, y la propaganda al estilo chino invadirá gradualmente a los medios de comunicación del mundo, usurpando el periodismo como ahora lo conocemos".
"Desarrollo de un espíritu crítico" en Beijing
China ha invertido masivamente en modernizar los medios de comunicación en la última década. El canal estatal CGTN opera ahora en 140 países, la radio RCI, en 65 lenguas. El régimen ha persuadido a decenas de miles de periodistas de países emergentes para "desarrollar su espíritu crítico" en Beijing, con todo pagado a cambio de una cobertura favorable en su país. La diáspora china, que solía criticar al régimen, casi ha sido toda comprada e incorporada al aparato de propaganda del Partido Comunista Chino.
Beijing exporta su censura y herramientas de vigilancia, incluido el buscador Baidu y el servicio de mensajería instantánea WeChat, y alienta además a gobiernos autoritarios a copiar sus legislaciones y estrategias, particularmente en el sudeste asiático.
Violencia e intimidación
Beijing también recurre a la intimidación y violencia contra voces disidentes, incluso en democracias. Desde periodistas freelance a organizaciones de medios, desde casas editoriales a plataformas de redes sociales. No queda resquicio de la producción de información que no esté bajo la atenta mirada de la "mano invisible" de Beijing.
Hasta los embajadores chinos han dejado de tener reparos en intervenir de formas poco diplomáticas para denigrar informes de medios que contradicen la narrativa oficial de Beijing, mientras las democracias encuentran difícil responder a estos ataques.
China ocupa el puesto 177 de los 180 países que conforman la actual Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa elaborada anualmente por Reporteros sin Fronteras.