Amarradas al delantal
Organización:
Retratos de mujeres cubanas, entre la vicisitud de las penurias y el machismo ambiental.
Por Tania Quintero
Retratos de mujeres cubanas, entre la vicisitud de las penurias y el machismo ambiental.
Con resignación Carmen María López, 51 años, se amarra a la cintura el desteñido delantal y se pone a quitarle la tierra a las seis libras de boniato que le " tocaron " por la libreta de racionamiento, vigente en Cuba desde 1962. Carmen María es jefa de su núcleo familiar, compuesto por ella y sus dos hijos, una mujer de 23 años y un hombre de 25.
Es madre soltera, pero esa condición no le incomoda tanto como pertenecer hoy a la legión de cubanos sin dólares, extraoficialmente calculada en un 50 por ciento de la población (1). Al igual que otras mujeres dedicadas al ingrato y no remunerado oficio de ama de casa, Carmen María se mantiene ajena a lo que ocurre más allá de su barrio y su municipio, ubicado en el centro de La Habana. "Ya ocupo demasiado mi cabeza en pensar cómo vamos a sobrevivir tres personas con 508 pesos al mes" (menos de 25 dólares al cambio actual de 21 pesos por un dólar). Esa cantidad es la suma del salario de su hija (198 pesos) y de su hijo (310 pesos), técnicos los dos.
Cuando Fidel Castro llegó al poder en enero de 1959, Carmen María tenía 10 años. No se recuerda mucho de aquellos días, "a no ser la negativa de mi padre a poner en la puerta de la casa el cartelito con las palabras" Gracias Fidel ". Desde entonces se considera "apolítica". Su desinterés por la política no es una rareza. Muchas coterráneas suyas todavía hojean revistas del corazón y son asiduas a los culebrones por radio y televisión.
Dentro de la disidencia ha aumentado la presencia de compatriotas de Carmen María, pero ella lo ignora. "Yo a la única que conozco de nombre es a Martha Beatriz Roque, porque una noche, en 1999, pusieron el juicio de ella y los otros tres por el televisor".
Las hay más informadas. Estela Sánchez, 66, jubilada, monitorea emisoras de onda corta – Radio Francia Internacional entre otras – en busca de noticias de lo que pasa en el mundo (y a menudo dentro de Cuba) o persigue ejemplares recientes o atrasados de El País, Newsweek en español y Encuentro de la Cultura Cubana. A mediados del 2000 Estela estuvo en Miami dos meses. "Me pasé horas y horas navegando por Internet con la computadora de una sobrina".
"¿Internet? ¿Qué cosa es eso?". Carmen María no tiene la menor idea. A las cubanas, no se les puede juzgar sólo por aquéllas que como Carmen María diariamente se triznan las manos tratando de encender "el maldito fogón de luz brillante" o haciendo cola para comprar boniatos llenos de tierra. Ni tampoco a las jineteras que han hecho de la prostitución un modo de vida y contribuido a crear en el exterior la falsa imagen de que ésta es una isla de sexo barato, música salsa y ron.
El listado de las que sin necesidad de alquilar su cuerpo han triunfado afortunadamente se agranda, pero no precisamente en las nóminas gubernamentales, donde las faldas son reducidas en puestos directivos. En la lista de las mujeres de éxito figuran las esculturales Morenas del Caribe, jugadoras de volibol con tres olimpíadas consecutivas apoderándose de la medalla de oro y también habaneras no tan conocidas como la diseñadora de modas Mercy Nodarse, premiada en la Bienal Internacional de diseño 2000 de Saint-Etienne (Francia).
Entre Carmen María, las volibolistas y Mercy Nodarse se halla un sendero. Por él transita aproximadamente el 60% de una poblacíon feminina adulta cuyos bolsos guardan diplomas de calificación técnica o científica. Aunque ejercen carreras tan diversas como sus sueños y casi todas soportan la pesada carga del machismo y el subdesarrollo. Salvo excepciones, las mujeres que en Cuba acumulan méritos en el arte, la cultura, el deporte, la ciencia o la oposición política – la propia Martha Beatriz Roque, además de reconocida disidente, es una talentosa economista – cuando están en sus hogares no les queda más remedio que ponerse el delantal. Como cada día hace Carmen María López.
(1) Según los últimos datos oficiales de 1997, Cuba tenía 11,038 millones de habitantes, de los cuales 5,509 perpenecían al sexo feminino y 5,529 al masculino.
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20.01.2016