Tomas Nemecek, redactor jefe del semanario Respekt, fue violentamente agredido el 17 de enero de 2004. El periódico había publicado algunas investigaciones delicadas sobre las bandas mafiosas, los grupos neonazis y también el tráfico de armas.
Tomas Nemecek, redactor jefe del semanario Respekt, fue agredido por dos desconocidos el 17 de enero de 2004. El periodista y sus colegas no excluyen que el ataque esté relacionado con unas investigaciones, publicadas recientemente por la revista.
"Las autoridades deben reaccionar con la mayor firmeza frente a esa agresión, que bien podría constituir un ataque directo a la libertad de prensa", ha escrito Reporteros sin Fronteras en un correo dirigido al Ministro del Interior, Stanislav Gross. "Le pedimos que vigile para que se adopten todos las medidas adecuadas para identificar y castigar a los responsables del acto, y que no se descarte la pista profesional, en este estadio de la investigación", ha añadido la organización de defensa de la libertad de prensa.
Tomas Nemecek, de treinta años de edad, fue violentamente golpeado en la cabeza, con puñetazos y patadas, tras haber sido rociado con gas lacrimógeno. Los agresores no pronunciaron palabra y no robaron nada al periodista, que salía de un almacén cercano a su domicilio, en Praga. Fue hospitalizado con heridas en la cara y el cráneo, pero su vida no corre peligro. Se ha abierto una investigación.
Marek Svehla, redactor jefe adjunto de Respekt, afirmó a Reporteros sin Fronteras que la agresión estaba "evidentemente preparada, y evidentemente dirigida contra el periódico". Según él, el motivo del ataque podrían ser varios artículos publicados a principios de enero sobre una banda mafiosa que causa estragos en Most y Litvinov (norte de Bohemia), y sobre el inmovilismo de la policía. El periódico recibió amenazas durante la investigación. El 18 de enero, un periodista de Respekt, que quiere guardar el anonimato, recibió la llamada de un miembro de una banda, amenazando con atacarle si escribía un artículo. Marek Svehla se mostró muy escéptico en cuanto a la capacidad de la policía local para enfrentarse a las bandas, y expresó el deseo de que se encargue de este asunto un equipo especial de lucha contra el crimen organizado.
El periódico también publicó numerosas investigaciones sobre algunos temas sensibles, como el racismo de un grupo neonazi con los roms de la región de Ostrava (Este), el tráfico de armas y también la privatización de las minas de carbón en el norte de Bohemia.