RSF pide al Tribunal Europeo de Derechos Humanos que actúe con los periodistas turcos encarcelados
Miembros de Reporteros sin Fronteras y el conocido artista parisino C2015 mostraron ayer, 29 de mayo, frente a la sede del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo, el retrato de diez periodistas turcos encarcelados bajo el hashtag #SaveTurkishJournalists.
C215, cuyo auténtico nombre es Christian Guémy, ha usado plantillas para pintar los retratos de Murat Aksoy, Şahin Alpay, Ahmet Altan, Kadri Gürsel, Nazlı Ilıcak, Musa Kart, İnan Kızılkaya, Tunca Öğreten, Ayşenur Parıldak y Ahmet Şık frente al tribunal. Llevan encarcelados entre cinco y diez meses, y algunos de ellos tienen más de 70 años.
La situación de los periodistas turcos vuelve una vez más al Tribunal Europeo de Derechos Humanos ante la politización del actual sistema judicial turco.
“Nuestra presencia aquí es un llamamiento de ayuda”, ha afirmado el secretario general de Reporteros sin Fronteras, Christophe Deloire. “Muchos profesionales de los medios de comunicación languidecen en las cárceles turcas únicamante por hacer su trabajo. Las políticas del Presidente Erdogán y las medidas arbitrarias que han adoptado las autoridades al amparo del estado de emergencia han mermado sus derechos. Ante esta negación de la justicia, toda esperanza está con el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo”, añade.
Erol Önderoğlu, representante de RSF en Turquía pide “respetuosamente a los jueces que examinen el caso de estos periodistas lo antes posible. Se trata de una emergencia. Lo que están experimentando estos prisioneros y sus familias es trágico, llevan sufriendo económica y psicológicamente por ello”.
Con más de 100 periodistas detenidos, Turquía es una de las mayores cárceles del mundo para el personal de los medios de comunicación. Muchos fueron detenidos tras la declaración el estado de emergencia como respuesta al intento de golpe de estado, en julio de 2016. Todos están en la cárcel a la espera de juicio.
El uso de esta detención provisional previa al juicio debería ser excepcional y limitada a circunstancias específicas por la existencia de riesgos concretos. Pero el sistema judicial turco utiliza la detención provisional de una manera sistemática y arbitraria como forma de castigo político y venganza. Los recursos legales contra la detención provisional de periodistas son automáticamente denegados.
Los diez meses de vigencia del estado de emergencia y la purga masiva de los jueces han abocado en un sistema judicial politizado y falto de independencia que ha alcanzado un nivel sin precedentes. El tribunal Constitucional turco, que en su momento cumplió con su rol de garante la la libertad de expresión, está ahora paralizado. Todavía está pendiente que se pronuncie sobre los casos de los periodistas detenidos que se le han presentado.
Ante la ausencia de cualquier recurso efectivo en Turquía, los abogados de muchos periodistas encarcelados han optado directamente por acudir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, cuyas decisiones no dependen de las autoridades turcas.
Este tribunal ha anunciado que examinará algunos de estos 15 casos con carácter prioritario, incluido el de Deniz Yücel. Pero antes de proceder a un examen detallado debe determinar primero si admite cada uno de los casos.
Tres días de acción por los periodistas turcos encarcelados
La manifestación de ayer, 29 de mayo, pone fina a tres días de acciones de RSF y C215 de apoyo a los periodistas encarcelados en Turquía en la que se han usado las plantillas de artista parisino para reproducir los retratos de los encarcelados en la capital francesa.
Se han distribuido más de 500 plantillas de #SaveTurkishJournalists en París con el propósito de permitir a sus usuarios mostrar su solidaridad y apoyo con los periodistas encarcelados en Turquía. Sus fotos han circulado por las redes sociales con el hashtag #SaveTurkishJournalists.
Turquía ocupa el puesto 155 de los 180 países que conforman la actual Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa elaborada anualmente por Reporteros sin Fronteras. La situación de la libertad de prensa es preocupante y se ha vuelto crítica bajo el estado de emergencia desde julio de 2016.
Aproximadamente 150 medios de comunicación han sido cerrados. Los periodistas que no han sido encarcelados están sometidos a medidas arbitrarias que incluyen procesos judiciales, retiradas de los carnés de prensa o cancelación de pasaportes. La censura en Internet y redes sociales también ha alcanzado unos niveles sin precedentes.