Censura y represión: el cerco se estrecha en torno a la prensa venezolana
Mientras que el país se hunde en una crisis política y las manifestaciones se multiplican, las fuerzas del orden y los grupos paramilitares venezolanos han intensificado la represión para hacer callar a la prensa. Reporteros sin Fronteras (RSF) denuncia graves actos de represión que restringen la libertad información y de expresión.
A medida que las manifestaciones contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro (a las que ha convocado la oposición desde hace más de 40 días) se han multiplicado en Venezuela, los periodistas se han convertido en un blanco de las fuerzas de la policía, la Guardia Nacional Bolivariana y el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), que a menudo los insultan, los detienen arbitrariamente y decomisan o destruyen su material. Por otra parte, la prensa también padece los ataques de ciertos grupos paramilitares cercanos al gobierno.
Según cifras del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) de Venezuela, entre el 1 de enero y el 30 de abril de 2017 se registraron más de 200 agresiones a periodistas. Tan sólo en la manifestación realizada el 8 de mayo pasado, al menos 19 periodistas fueron golpeados y agredidos por las fuerzas del orden en el país.
La censura gana terreno
Además de estos ataques recurrentes, el gobierno maniobra para evitar al máximo que los medios de comunicación cubran los acontecimientos y censura a la prensa independiente y de oposición. Así, las autoridades han cerrado sitios web informativos y radios como Hit 90.7FM, Studio 92.1, Punto Fijo Stereo 90.3 y Jet. La Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) bloqueó los canales online de noticias VivoPlay y VPI TV (Venezolanos Por la Información) e interrumpió la señal a Capitolio TV; estos medios de comunicación de oposición transmitían por internet su cobertura de las manifestaciones. El 19 de abril pasado las cadenas extranjeras TodoNoticias (Argentina) y El Tiempo Televisión (Colombia) corrieron la misma suerte. La prensa internacional no está a salvo de las presiones de las autoridades: se han registrado casos de confiscación de material, expulsiones, etc.
“La tendencia autoritaria del gobierno de Nicolás Maduro es muy preocupante”, señaló Emmanuel Colombié, director del Despacho América Latina de RSF. “La violenta represión contra los periodistas está destruyendo la libertad de información en Venezuela, un país donde el trabajo de la prensa independiente y de oposición era de por sí difícil. Las autoridades venezolanas no pueden seguir obstaculizando la labor de los periodistas, su misión informativa es vital en este periodo tan agitado”, añadió.
En marzo de 2017 el presidente Nicolás Maduro intentó transferir, sin éxito, los poderes de la Asamblea Nacional al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), lo que le permitía de facto gobernar el país sin contrapoderes y por decreto. Desde entonces la crisis política se intensificó en Venezuela, país que desde hace dos años sufre una fuerte crisis económica y social.
En medio de un ambiente de violencia generalizada, se han multiplicado las manifestaciones de la oposición, que pide que se realicen elecciones generales anticipadas (antes de que acabe el mandato de Nicolás Maduro, en diciembre de 2018). Desde el 1 de abril de 2017, más de 40 venezolanos han perdido la vida durante las protestas.
Además de la censura, una de las consecuencias más graves de esta represión contra la prensa es que es difícil para los venezolanos tener acceso (rápidamente) a información confiable y objetiva sobre la crisis que atraviesa el país y sobre la realidad de la violencia ejercida por el gobierno contra sus propios ciudadanos.
En paralelo, durante entre el 1º abril y el 5 de mayo, los medios de comunicación radioléctricos venezolanos debieron transmitir de forma obligatoria 26 mensajes del gobierno nacional, con una duración total de 27 horas con 28 minutos. En 8 oportunidades esas transmisiones correspondieron al llamado “Noticiero de la Patria”, una producción audiovisual de carácter informativo, elaborada por el Ejecutivo, que comunica la versión oficialista de lo que ocurre en el país. Durante las cadenas, las radios y televisoras no pueden difundir ningún otro mensaje, ni alterar la imagen o el sonido original (Art. 192 de la Ley Orgánica de Telecomunicaciones y Art. 10 de la Ley de Responsabilidad Social en Radio, Televisión y Medios Electrónicos).
Venezuela se encuentra en el lugar 137, entre 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa publicada por RSF en 2017.