La violencia institucional (como se registra en Venezuela, 139o (2 lugares) y Ecuador, 109o) y del crimen organizado (Honduras, 137o, -4), así como la impunidad (Colombia, 134o, 6), la corrupción (Brasil, 104o, -5), la concentración de los medios de comunicación (Argentina, 54o) y la vigilancia en Internet (sobre todo en Estados Unidos, 41o), constituyen los principales obstáculos interpuestos a la libertad de prensa.
México, Colombia y la mayoría de los países de Centroamérica padecen los estragos del crimen organizado: cárteles, grupos paramilitares y narcotraficantes. El trabajo de investigación es peligroso en estos países –en ocasiones, incluso imposible–, frente a la determinación y el grado de violencia que se alcanza, que va hasta las decapitaciones. México (149o, -1) está marcado por una larga serie de asesinatos de periodistas, crímenes relacionados con la corrupción y el narcotráfico. El mayor descenso en la Clasificación corresponde este año a El Salvador, que perdió 13 lugares (58o). En este pequeño país de América Central, corroído por la violencia de los cárteles, la situación de la libertad de prensa no ha dejado de deteriorarse desde 2014, cuando ascendió al poder Salvador Sánchez Cerén, quien por cierto acusó a los medios de comunicación de participar en una “campaña de terror psicológico” contra su gobierno.
En América del Sur es frecuente que las autoridades ejerzan cierto control sobre los medios de comunicación. En Panamá (91o), que perdió ocho lugares, el acceso a la información sigue parcialmente bajo el control del Estado. La cobertura de temas delicados, como la corrupción, da lugar a procesos legales por difamación. Los países en los que la situación de la libertad de prensa se encuentra en peor estado siguen siendo Venezuela (139o), donde la prensa de oposición y los medios de comunicación independientes intentan subsistir frente a las intimidaciones y maniobras del Presidente Nicolás Maduro, y Cuba (171o, -2), donde el régimen de Raúl Castro sigue controlando casi por completo la información.
Costa Rica (6o, +10) continúa a la cabeza de la clasificación de la región, incluso se encuentra en el grupo de los diez primeros países a escala mundial. Con una legislación muy favorable para la prensa y un verdadero reconocimiento de la profesión de periodista, es el único país de Centroamérica que no padece altos índices de corrupción y las consecuencias que estos engendran en el acceso a la información. Jamaica (10o, -1) y Canadá (18o) completan el podio, incluso si este último perdió 10 lugares. La libertad de prensa sufrió mucho en Canadá a finales del mandato del Primer Ministro Stephen Harper.